Tras su fracaso en la OPA sobre el Sabadell, Carlos Torres se niega a dimitir y dejar su puesto a los dos candidatos más lógicos, Jaime Caruana y José Ignacio Goirigolzarri.
Es más, Torres se hace valer ante el PP cuando asegura que Goiri es el candidato del PNV y ante el Gobierno socialista que Jaime Caruana es el amigo de Manuel Pizarro y un señor de derechas de toda la vida.
Torres se equivoca porque si está claro que no goza del favor del PSOE tampoco despierta entusiasmo en el PP, donde muchos no entienden que Torres lanzara una OPA hostil que tampoco cambia el panorama bancario. Como aseguraba un diputado pepero: ¿Por qué lo ha hecho?
Y el BCE, que ha regañado al Gobierno español por su actitud intervencionista... bueno, tampoco eso significa que apoye la continuidad de Carlos Torres. Es más, lo lógico es que el BCE aplique el criterio más habitual entre los reguladores: el que pierde, paga.
Pero las consecuencias inmediatas sobre la gestión diaria del BBVA son, por el momento lo más importante. Rehacer el BBVA. El CEO Onur Genç debe ahora rehacer un banco sin directores de oficinas y que maltrata al cliente. Lo de la digitalización está muy bien pero me temo que habrá que hacerlo de a poquito. Ejemplo, eso de que el director de sucursal y los comerciales reciban a los clientes, incluso a los mejores clientes, mediante cita previa no es lo que ha hecho historia en la banca española.
Encima, se reabre el caso Villarejo, con el banco, BBVA SA, imputado. Según fuentes jurídicas de la acusación, la Audiencia Nacional ha paralizado la apertura de juicio oral mientras duraba la OPA sobre el Sabadell pero ahora ya no hay excusa. Y el caso Villarejo no es baladí. Es más, sorprende que Carlos Torres, presidente, haya quedado libre mientras la entidad jurídica BBVA continúa imputada.
Don Carlos, el que pierde, paga: ¿Seguro que tiene usted el respaldo unánime de su Consejo de Administración?