A la espera de los resultados del Sabadell, que los presentará el próximo 13 de noviembre, los cinco bancos del Ibex -Santander, BBVA, Caixabank, Bankinter y Unicaja- han cerrado los nueve primeros meses del año con beneficios récord de 24.027 millones de euros.

Hasta ahí, lo previsible, pero la cosa se pone emocionante si consideramos que, de manera generalizada, el margen de intereses, la parte mollar del negocio típico bancario, ha descendido, no porque los bancos lo hayan hecho mal, sino porque han sufrido la bajada de tipos de interés del BCE, con respecto a 2024. El precio del dinero, tras la tercera congelación consecutiva de Fráncfort -jueves 30-, está en el 2%.

Así las cosas, han vuelto a cobrar protagonismo las comisiones por servicio, muchas de ellas por gestión de activos fuera de balance: fondos de inversión y banca privada, principalmente.

Me dirán que la islamización de la banca española no es de ahora porque comenzó cuando el BCE hizo imposible el negocio típico bancario, y es cierto, pero ahora las entidades están mucho más preparadas que antes: ya han recortado las plantillas hasta dejarlas prácticamente en los huesos y han avanzado enormemente en la digitalización, que les permite funcionar con todavía menos personal.