El miércoles 18 finaliza el plazo de la opa amistosa del BBVA por el 50,15% del Garanti que aún no posee. El viernes 13, la participación del banco español ya era del 71,1%, eso sí, después de ampliar el plazo de la opa y de elevar la oferta hasta las 15 liras por acción, desde las 12,2 liras ofrecidas inicialmente.

Es decir, el banco que preside Carlos Torres pagará, al cambio de este lunes, unos 1.934 millones de euros por la mitad de la filial turca, frente a los 7.124 millones que pagó por el 50% que sí controla. Algunos pensarán que es un chollo, pero lo cierto es que, cuando finalice la opa, el BBVA habrá pagado 9.000 millones de euros por un banco que actualmente vale en bolsa 3.800 millones.

Lo peor de todo, sin embargo, es que la operación Garanti supondrá -lo supone ya- un mayor control del BBVA por parte de ese demócrata compulsivo llamado Erdogan. Hasta el Banco de España ha alertado en más de una ocasión acerca de los riesgos geopolíticos que supone la aventura turca del segundo banco español. Unos riesgos que se han concretado durante los últimos meses en repetidas depreciaciones de la moneda turca.

Desde el punto de vista del presidente turco, sin embargo, supone la puerta de entrada a la Unión Bancaria europea. Recuerden que Garanti es la tercera plaza que más aporta al beneficio del BBVA, solo por detrás de México y España. En el primer trimestre de este año, esa contribución aumentó un 129,6%, hasta los 249 millones de euros, de los 1.651 millones de beneficio del grupo.

A todo esto, la relación de Torres con su consejero delegado, el turco Onur Genç, sigue siendo como las fincas de Extremadura, manifiestamente mejorable. Eso sí, Genç cuenta con el apoyo de Erdogan.