El fondo soberano de Noruega, el mayor del mundo, registró un impacto negativo de 68.413 millones de euros hasta marzo (-4,9%) por la inestabilidad de los mercados provocada por la guerra de Ucrania. “El primer trimestre se ha caracterizado por turbulencias geopolíticas que también han afectado a los mercados”, afirmó Trond Grande, director ejecutivo adjunto de Norges Bank Investment Management (NBIM).

La única alegría fueron las inversiones inmobiliarias no cotizadas, que registraron un retorno positivo del 4,1%. Lo demás fue mal: la renta variable registró un retorno negativo del 5,2% y la renta fija, del 4,8%.

Lo más destacable de este fondo, que tiene participaciones en Iberdrola, BBVA, Cellnex, Caixabank, Sabadell, Indra, Colonial, Repsol, entre otras, es su hipocresía: presiona a las empresas para que sean sostenibles con el planeta mientras él se nutre gracias al petróleo y al gas noruego.

Hay que tener cara.