“Soy el segundo de cuatro hermanos y el único chico, lo que siempre me dio una mezcla curiosa de responsabilidad, paciencia y capacidad de observación. Crecer rodeado de mujeres te enseña pronto a escuchar, a interpretar silencios y a manejarte en entornos complejos sin elevar la voz. Esa base familiar fue, sin saberlo, la mejor escuela para muchas de las dinámicas que más tarde viviría en los mercados financieros”.

Son palabras de Gonzalo Recarte Martínez-Gildirector general de Cobas AM, con el que hemos mantenido una charla muy interesante, a punto de finalizar este complejo 2025, en la que, entre otras cosas, nos cuenta que tenía 16 años cuando hizo su primera inversión con el dinero ahorrado dando clases de pádel. “Lo aposté todo a un movimiento que, en mi cabeza de adolescente, tenía pleno sentido: la entrada de José María Fernández Pujals, fundador de Telepizza, en el capital de Jazztel. La operación tuvo un impacto inmediato en el mercado y aquella intuición juvenil me llevó a ganar mi primer millón de pesetas. Aquello no solo me fascinó: me confirmó que ese era un mundo en el que quería estar. Después vinieron muchas cagadas, como le ocurre a cualquier inversor, pero eso me enseñó pronto que los mercados se aprenden de verdad cuando te equivocas con tu propio dinero. Esa escuela —la de la experiencia directa— fue tan valiosa como cualquier formación posterior”.

No está mal para abrir boca, ¿verdad?

Gonzalo, bienvenido a esta sección de entrevistas.

-A pesar de este ‘buen estreno bursátil’, el mundo de los mercados financieros no fue su primera opción, ¿no es así?

Mi historia está muy marcada por mis abuelos, que venían de mundos muy distintos. El materno fue agente de cambio y bolsa, una figura clásica de la vieja escuela financiera. El paterno, en cambio, pertenecía a una familia volcada en la aviación: él fue piloto y tuvo el honor de estar entre los primeros comandantes de Iberia en cruzar el Atlántico

De ahí viene mi primer gran sueño. Desde niño quise ser piloto, pero no uno cualquiera: cuando vi Top Gun por primera vez me obsesioné con la idea de volar un F-14. Ese deseo marcó mi adolescencia. Pero a los 18 años, durante el reconocimiento médico de acceso, un doctor me detectó un problema degenerativo en la córnea. Aquel resultado me apartaba definitivamente de la posibilidad de pilotar. Fue un golpe duro. Lo que hoy interpreto como un punto de inflexión, en ese momento fue una ruptura.

Tuve que reinventarme, y lo hice orientándome hacia otra de las pasiones que llevaba dentro casi sin saberlo: los mercados. Estudié Administración y Dirección de Empresas, Investigación y Técnicas de Mercado, carreras que me permitieron entender el funcionamiento económico y analítico del mundo financiero con más profundidad.

Siempre hay una excusa para justificar la volatilidad: una elección, un dato macro, una tensión geopolítica o un movimiento inesperado del mercado

El interés me venía de pequeño: mi padre y yo veíamos juntos las cotizaciones en el teletexto, como quien sigue los resultados de un partido. Recuerdo esa sensación de pequeño ritual compartido: números verdes, rojos, subidas, bajadas… algo hipnótico.

Ahora, con casi 20 años de trayectoria, he tenido la oportunidad de recorrer prácticamente toda la cadena de valor de los mercados financieros.

-Este año ha sido muy complejo, ¿se puede dar por cerrado?

Creo que todos los años son complejos. Siempre hay una excusa para justificar la volatilidad: una elección, un dato macro, una tensión geopolítica o un movimiento inesperado del mercado. Es parte natural del ciclo de cualquier inversor y la bolsa en general. Desde nuestra filosofía de inversión, más que vivirlo como una amenaza, lo vemos como una oportunidad. La volatilidad nos permite encontrar compañías de calidad a precios atractivos, y eso es precisamente lo que buscamos.

Por eso no suelo “cerrar” un año como si fuera un capítulo independiente. Para un inversor de largo plazo, 2025 es simplemente otra etapa del recorrido: analizamos qué hemos aprendido, mantenemos la disciplina y seguimos aprovechando las oportunidades que el mercado nos va ofreciendo. Como gestora independiente, no tenemos que justificar un resultado frente a un bechmark o un comité de inversión, nuestra labor en generar una rentabilidad atractiva para los participes a largo plazo.

-Cuando empezó 2025, Gonzalo Recarte estaba convencido (más o menos) de que… y sin embargo…

Cuando empezó 2025, estaba bastante convencido de que muchas de nuestras principales tesis lo iban a hacer de manera espectacular. Teníamos carteras con un nivel de infravaloración muy elevado y, si las cosas salían razonablemente bien, pensábamos que podíamos acabar el año con rentabilidades cercanas al 30% en nuestra cartera Internacional. La realidad es que muchas de esas tesis se han ido consolidando a lo largo de 2025, especialmente en Iberia, pero alguna otra sigue “pendiente”, acumulando valor para el futuro sin que el mercado lo haya reconocido todavía. De ahí que el potencial del cobas internacional sea más elevado. Por eso, todo apunta a que cerraremos el año más bien en entornos del 20%, que sigue siendo una cifra muy buena. En Iberia esperamos cerrar por encima del 40%.

La política monetaria de EEUU genera volatilidad, pero es ruido clásico. Afecta al precio, pero no al valor intrínseco de las compañías en las que invertimos

No obstante, si algo he aprendido con los años es a no estar absolutamente convencido de nada. El mercado son millones de personas interactuando en tiempo real, con intereses, miedos y sesgos distintos. No es una ciencia exacta; es una ciencia social, con todo lo que eso implica.

Aunque en la carrera nos enseñen la figura del homo economicus, la realidad es que somos bastante más Homer Simpson que Mr. Spock. Y precisamente por eso es tan importante mantener la humildad, la prudencia y el margen de seguridad.

-Noviembre ha sido un mes ‘regulero’… Dudas sobre la política monetaria de EEUU, miedo a una burbuja de la IA o las medidas proteccionistas de China y Japón. ¿Hasta qué punto le preocupan estos tres focos?

Más que preocuparme, nos obligan a separar el ruido de lo realmente importante. La política monetaria de EEUU genera volatilidad, pero es ruido clásico. Afecta al precio, pero no al valor intrínseco de las compañías en las que invertimos.

La posible burbuja de la IA sí es un foco a vigilar. Cuando las expectativas son demasiado perfectas, desaparece el margen de seguridad, que para nosotros es fundamental.

Las medidas proteccionistas en China y Japón añaden incertidumbre, pero ahí es donde se ve la importancia de tener compañías resistentes y diversificadas.

La posible burbuja de la IA sí es un foco a vigilar. Cuando las expectativas son demasiado perfectas, desaparece el margen de seguridad, que para nosotros es fundamental

La macro es nuestra brújula, pero el camino lo marcan los negocios en los que invertimos. Y nuestro camino suele ser bastante diferente a lo que es el mercado en su conjunto.

En conjunto, estos focos no son una amenaza, sino recordatorios de que la volatilidad es parte del camino. Y muchas veces, donde hay volatilidad, hay oportunidad.

-¿Será Kevin Hassett el sustituto de Powell? ¿Es tan importante si la Fed baja tipos o no el 10 de diciembre?

Más que el nombre, lo importante es el enfoque: estabilidad, previsibilidad y visión de largo plazo. Que sea Hassett u otro perfil es menos relevante para nuestra forma de invertir.

Respecto a si la Fed baja tipos el 10 de diciembre, claro que puede mover el mercado a corto plazo. Pero eso tiene cero impacto en el valor intrínseco de las compañías a tres, cinco o diez años. Especialmente si tienes poca deuda como es el caso de la  mayoría de nuestras compañías. Los tipos marcan titulares; el valor lo marcan los negocios. Y nosotros invertimos en negocios, no en titulares.

 

-Leo el titular de un artículo que dice: ‘De Nokia a Nvidia. ¿Se repetirá la historia? Y yo le hago esta misma pregunta

La historia no se repite, pero rima. Nokia parecía intocable hasta que la tecnología cambió más rápido que ellos. Todavía me acuerdo jugando a la serpiente en mi 5110.  Nvidia hoy es extraordinaria, pero eso no garantiza que el crecimiento perfecto que descuenta el mercado vaya a cumplirse. Como gestores somos asignadores de capital, y huimos de donde está  yendo todo el capital en masa. Eso mismo pasó con las .com. Con márgenes como los de Nvidia, mucha gente tratará de replicar su modelo y los márgenes tenderán a bajar. Ya lo estamos viendo con Google haciendo sus propios Chips.

La pregunta clave para nosotros no es si Nvidia será la nueva Nokia, sino: ¿hay margen de seguridad al precio actual? Cuando el precio incorpora un futuro impecable, cualquier tropiezo duele mucho. Y sobre dónde estaremos dentro de diez años… nadie lo sabe. Ni falta que hace para invertir bien.

La pregunta clave para nosotros no es si Nvidia será la nueva Nokia, sino: ¿hay margen de seguridad al precio actual?

En tecnología es fácil dejarse llevar por la narrativa. Lo difícil es mantener la disciplina. Y normalmente, es ahí donde se marca la diferencia.

-El Ibex ha sido el índice más alcista de noviembre. ¿Por qué?

En gran parte, por la banca. Es un índice muy bancarizado y el buen comportamiento del sector ha tirado con fuerza. Además, tenemos muchas utilities, que funcionan bien cuando el mercado se pone algo temeroso. Lo interesante es que en Cobas no invertimos en bancos, y aun así hemos conseguido revalorizaciones por encima del índice gracias a compañías como Atalaya Mining o Técnicas Reunidas, que llevaban años olvidadas por el mercado y ahora están aflorando valor.

Es un buen recordatorio de que no hace falta estar en lo “obvio” para obtener buenos resultados. Hace falta paciencia y pagar precios razonables.

-¿Podría poner nota a Telefónica, Inditex, Indra, IAG, Sabadell y BBVA?

Preferimos no hablar de compañías concretas ni poner notas. Ese análisis es nuestro principal activo y forma parte de nuestra propiedad intelectual. Lo que sí hice fue una reflexión general sobre Telefónica en LinkedIn porque era información pública de su investor day hace unas semanas, pero en general no comentamos valores específicos. Además, muchas veces ni yo sé qué compañías está analizando el equipo en un momento dado. Los muros existen de verdad y nos ayudan a proteger la independencia del proceso.

En Cobas no invertimos en bancos, y aun así hemos conseguido revalorizaciones por encima del índice gracias a compañías como Atalaya Mining o Técnicas Reunidas

-¿De qué depende que haya un rally de Navidad en Europa o EEUU?

De factores que no controlamos: datos macro, ausencia de sobresaltos, expectativas razonables sobre la Fed, y poco más. Es ruido de corto plazo. Nos centramos en variables endógenas, las que controlamos. Las exógenas se las dejamos a otros. El valor no se construye en diciembre, se construye en años. Un rally es agradable de ver, pero no cambia nada en cómo invertimos. Lo importante es estar bien posicionado para el futuro, no adivinar el humor del mercado en Navidad.

-¿Qué debemos comprar? ¿En qué deben estar los inversores?

Cada inversor debe elegir según su perfil y horizonte. Lo que sí puedo decir es que estamos encontrando muchas oportunidades en sectores que el mercado llevaba años ignorando: industriales, energía, materias primas, consumo cíclico, salud…una cartera muy diversificada.

¿Tiene sentido estar en nuestros fondos? Para un inversor de largo plazo y que acepte volatilidad, sí. Invertimos en compañías infravaloradas con potencial real. Además, tratamos que el inversor disfrute del viaje. Es nuestra obsesión, porque sabemos que posponer consumo presente para ahorrar para el futuro es duro. De ahí que tengamos un programa de contenidos muy potente y una herramienta de coaching como BrainVestor. Cualquier ayuda es poca para la gente que se introduce en este mundo.

Además, los empleados de Cobas somos los primeros inversores de nuestros fondos. Hay un skin in the game total: invertimos nuestro dinero en las mismas ideas que proponemos a los partícipes. El futuro de mis hijos está con el de nuestros clientes, lo que confirma que tenemos los mismos intereses.

Los datos de la OCDE son claros: España va hacia un desequilibrio serio entre cotizantes y jubilados

Lo importante no es acertar el próximo mes, sino posicionarse bien para los próximos años.

-¿Cuál les ha dado más satisfacciones este año?

Los fondos con mayor peso en compañías industriales, energía o materias primas, donde nuestras tesis —tras años de paciencia— por fin han empezado a aflorar. Lo gratificante no es “acertar”, sino ver cómo el trabajo de fondo termina imponiéndose al ruido. El que mejor lo ha hecho ha sido el ibérico, pero todos han tenido buenas rentabilidades. Estoy especialmente orgulloso de nuestro plan de empleo para autónomos, que desde que lo lanzamos tiene rentabilidades anualizadas del 21,73% y además permite desgravarse a ese colectivo tan penalizado hasta 5750 euros al año.

-¿Y cuál les ha hecho fruncir el ceño?

Siempre hay alguna posición que va por detrás de lo esperado. Es parte natural de invertir. En nuestro caso, son compañías donde el valor está ahí, los fundamentales son sólidos, pero el mercado todavía no lo reconoce. No es un problema del negocio, sino del tiempo… o de la paciencia necesaria.

-¿Cómo es el equipo con el que trabaja día a día?

Mi equipo directo lo forman los responsables de legal, operaciones, relación con inversores, marketing y tecnología. En total, unas 43 personas somos en Cobas más allá del equipo de gestores. Nuestra misión es que el equipo de gestión solo tenga que preocuparse de gestionar.Después de nueve años juntos, somos casi una pequeña familia. Con nuestras discusiones, claro, pero con una lealtad enorme y todos remando en la misma dirección. Somos un equipo con independencia de criterio, humildad intelectual y un compromiso extraordinario. Eso hace que el día a día sea mucho más fácil… y mucho más estimulante.

Lo importante es estar bien posicionado para el futuro, no adivinar el humor del mercado en Navidad

-¿Les dice a veces algo así como... “somos unos cracks”?

No soy de frases épicas. Solo tenemos un lema #OneTeamOneDream, y es que el inversor “disfrute” lo máximo posible de ese difícil viaje que es invertir en renta variable a largo plazo.

-¿Por qué los fondos de Cobas han dejado de ser fondos de autor?

Más que dejar de ser fondos de autor, hemos evolucionado hacia una estructura más sólida y sostenible. La filosofía es la misma, pero ahora la toma de decisiones es más colegiada y robusta. Es concretar en un papel lo que se hace en la realidad. Queremos que la esencia de Cobas esté por encima de cualquier nombre propio. Esto no va de protagonismos, va de hacer bien nuestro trabajo durante décadas.

-La gestora alcanza 3.000 millones por primera vez. Esto ha sido posible gracias a…

Fundamentalmente, a la confianza de los partícipes. Sin ellos no habría nada. Han mantenido la convicción incluso en los años más duros, cuando nuestras tesis tardaban en aflorar y el mercado miraba hacia otros lados. Esa paciencia es el verdadero motor del crecimiento.

Y su “premio” será poder seguir invirtiendo cuando cerremos los fondos para garantizar que seguimos haciendo lo que sabemos hacer bien. Mantenemos la idea de cerrar las estrategias de Core al llegar a los 4000- 5000 millones. No está tan lejos. Además, contamos con una estructura de comisiones alineada con lo que pedimos a nuestros inversores: paciencia y visión de largo plazo, lo que creo nos ha permitido reafirmar la coherencia como gestora. Nadie lo ha hecho y es algo muy exclusivo.

Invertimos en compañías infravaloradas con potencial real. Además, tratamos que el inversor disfrute del viaje. Es nuestra obsesión

-Compra como siempre, ahorra como nunca”. Con este lema, ustedes quieren dar un impulso, o cambiar la percepción, del ahorro para la jubilación, en mi opinión, el patito feo del sistema aquí en España. ¿Cómo funciona Cobas Plus?

Cobas Plus es una app gratuita que te permite ahorrar sin pensarlo. Compras como siempre —en Amazon, Decathlon y muchas otras tiendas— y un pequeño porcentaje de esa compra se destina automáticamente a tu plan de pensiones en Cobas. No requiere decisiones difíciles ni acertar el momento. Simplemente convierte hábitos de consumo en ahorro para el futuro. Es una forma de que el presente empiece a trabajar por el yo del futuro.

-El último informe de la OCDE asegura que España liderará el desequilibrio entre jubilados y cotizantes…y la Ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, dice que “no hay que tomar medidas adicionales” para asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones. ¿Qué opina?

Los datos de la OCDE son claros: España va hacia un desequilibrio serio entre cotizantes y jubilados. Decir que no hacen falta medidas adicionales es, como mínimo, optimista. A esto se suma que los jóvenes tienen menos renta disponible por la carga impositiva y más dificultades para acceder a la vivienda, que era el principal mecanismo de ahorro patrimonial. Es un cóctel que implica una transferencia de riqueza intergeneracional.

Por eso es fundamental fomentar el ahorro privado complementario, no para sustituir nada, sino para reforzar el sistema. Estoy convencido de que el autoenrolment llegará y la tasa de sustitución bajara. La duda para las nuevas generaciones no es si abra o no pensiones. Pensiones claro que habrán, pero lo importante es ¿A costa de que? Sanidad;  educación….. En el momento en el que las pensiones no se pagan con cotizaciones se pagan con impuestos generales (transferencias del estado a la seguridad social) y eso implica que no se gastan en otras cosas.

Estoy especialmente orgulloso de nuestro plan de empleo para autónomos, que desde que lo lanzamos tiene rentabilidades anualizadas del 21,73%

-Reino Unido limita aportaciones exentas a 2.000 libras. ¿Qué le parece?

Lo he visto y me ha sorprendido, sobre todo en un país pionero en el autoenrolment. Es un recordatorio de que incluso los sistemas más avanzados están bajo presión. La lección es clara: no podemos basar el ahorro solo en incentivos fiscales, porque pueden cambiar. Lo que no cambia es la necesidad de ahorrar con visión de largo plazo y disciplina.

-¿Alguna recomendación para políticos, empresarios e inversores de cara a 2026?

Sí: pensar en el largo plazo. A los políticos: estabilidad y previsibilidad. A los empresarios: menos obsesión por el trimestre y más por el futuro. A los inversores: evitar el ruido, ahorrar con constancia y buscar valor real. 2026 tendrá sus sorpresas, como todos los años. La clave es afrontarlo con criterio y paciencia.