Goldman Sachs iniciaba hoy la cobertura de las acciones de Nvidia (la verdad es que ha tardado el banco de inversión en ‘fichar’ a la compañía), con una calificación de compra y un precio objetivo de 185 dólares por título.
Goldman considera a Nvidia como el estándar de la industria en computación y señala algunos factores a tener en cuenta: liderazgo de producto con una rápida cadencia de introducción, ampliación de la base de clientes, y primeros indicios de monetización de IA. El banco considera que estas fortalezas posicionan a Nvidia para superar a otras empresas en su universo de cobertura.
Así que, Sachs se ha apuntado al carro de los forofos de la compañía que lidera…justo cuando se ha convertido en la más valiosa del mundo al superar los 4 billones de dólares de capitalización. Hace un año escaso, era de 2,55 billones de dólares tras alcanzar, en junio de 2023, por primera vez el billón de dólares en valor de mercado.
Hoy, ha bajado hasta los 3,98 billones. Cotiza en los 162,8 dólares.
Microsoft ocupa el segundo lugar con una capitalización de 3,75 billones seguida de Apple, con 3,15.
Nvidia salió a Bolsa en enero de 1999 a 12 dólares por acción y, ahora, de acuerdo con datos de LSEG, su valor de mercado supera el de las bolsas de Canadá y México juntas, y también el valor total de todas las empresas que cotizan en el Reino Unido
Nvidia salió a Bolsa en enero de 1999 a 12 dólares por acción y, ahora, de acuerdo con datos de LSEG, (London Stock Exchange Group es una empresa multinacional de datos financieros e infraestructura financiera), su valor de mercado supera el de las bolsas de Canadá y México juntas, y también el valor total de todas las empresas que cotizan en el Reino Unido.
Por encima está, muy por encima, del PIB español (1,62 billones), del PIB de Francia (3,052 billones) y del PIB de Italia (2,301) pero aún lejos del alemán (4,526)
Denominada por los expertos como “motor de la IA”, Nvidia diseña, fundamentalmente, el hardware que almacena los datos para el desarrollo de la inteligencia artificial generativa, y las Unidades de Procesamiento Gráfico (GPU) en las que se basa la informática de aprendizaje automático.
En apenas doce años, Nvidia ha pasado a ser una de tantas empresas de Silicon Valley con un valor aproximado de 10.000 millones de dólares a ser la reina de Wall Street y a codearse con Amazon, Apple y Microsoft entre sus grandes clientes.
¿Y qué ha hecho Nvidia para merecerlo? “La revolución de la IA es principalmente un enorme éxito para la empresa, cuyo CEO, Jensen Huang, lo venía pronosticando desde hace una década”, explica Julián Pascual, presidente y gestor de renta variable de Buy & Hold. “La IA es posible por la enorme reducción en el coste de computación generado por las GPU (tarjetas/unidades de procesamiento gráfico) en las que esta compañía fue pionera y es actualmente la líder indiscutible”.
“Además”, opina Jaime Pizarroso, profesor de aprendizaje profundo y explicabilidad de Inteligencia Artificial de la Universidad Pontificia de Comillas, “los grandes modelos generativos (ChatGPT, Gemini, Claude, etc.) requieren miles de GPU de las que NVidia ostenta el monopolio natural por tener el ecosistema de hardware y software más usado y eficiente para el entrenamiento, precisamente, de estos modelos”. Se crea así un círculo virtuoso que dispara las ventas de la compañía “difícil de replicar por la competencia debido al monopolio existente”
Y cuando hablamos de monopolio de facto, matiza Jaime Pizarroso, “no es porque NVidia esté realizando acciones anticompetitivas, si no que tiene un producto muy superior a cualquiera de la competencia y que en el corto-medio plazo (5-10 años) no se prevé que esta situación cambie”.
“Gracias a esta visión estratégica, y su excelente tecnología”, añade Julián Pascual, “Nvidia ha resultado ser prácticamente el único proveedor de chips de IA, con una cuota de mercado superior al 90%”.
Porque, de momento, la única que le ha plantado cara fue la china DeepSeek, al menos por unos días, que irrumpió en el mercado el pasado mes de enero y que hizo perder a la compañía de Jensen Huang, 600.000 millones de dólares en apenas 24 horas.
"Cuando hablamos de monopolio de facto, señala Jaime Pizarroso, “no es porque NVidia esté realizando acciones anticompetitivas, si no que tiene un producto muy superior a cualquiera de la competencia y que en el corto-medio plazo (5-10 años) no se prevé que esta situación cambie”
A día de hoy, y salvo que me corrijan los expertos, el suflé de DeepSeek se ha desinflado. Seis meses después de este percance, “la valoración de la compañía está alta, es cierto, pero mientras la dinámica sea tan fuerte, las cosas funcionarán y mantendrá la tendencia”, explica Flavio Muñoz, socio fundador de Andromeda Capital EAF.
No olvidemos que Nvidia es una empresa cíclica que, en un futuro, no muy lejano, podría sufrir las consecuencias de la saturación de un mercado sobradamente servido, sobradamente abastecido.
Pero de momento, y hasta que esto ocurra, si es que ocurre, Nvidia tiene como clientes “al mundo en general', por decirlo coloquialmente.
Podría incluso llegar a los particulares, pero estos no tienen acceso a su gigantesca división de ventas.
Decía el Wall Street Journal, hace justo un año, que había una nueva fuente de crecimiento para la compañía y hacía referencia a los gobiernos de Asia, Medio Oriente, Europa y América que están adquiriendo GPU, como si no hubiera un mañana.
“Empezaron a comprar chips las empresas cloud", cuenta Flavio Muñoz, "que han apostado fuerte por la nube, como Microsoft, Amazon, en cierta medida Google, IBM…después Nvidia capilarizó en compañías que están haciendo acopio de tarjetas de memoria como Meta o Salesforce y, en una tercera capa, con un abanico muy extenso de clientes, además de los Gobiernos, están las grandes empresas, pero también las de tamaño medio, que basan buena parte de su estrategia en los modelos de inteligencia artificial. En España tenemos el caso de Indra".
La compañía nació en 1993 con un capital inicial de 40,000 dólares desarrollando tarjetas gráficas para ordenadores. Al principio no tenía nombre y los socios fundadores llamaban a todos sus archivos NV, es decir, next version (próxima versión). Finalmente buscaron una palabra que contuviera esas dos letras y dieron con el término latino invidia. Lo fusionaron y… ‘voilá’, acababa de nacer la que sería la ‘sturtup de los cuatro billones de dólares’ gracias a IA.
La compañía nació en 1993 con un capital inicial de 40,000 dólares desarrollando tarjetas gráficas para ordenadores. Hoy es el único proveedor de chips de IA, con una cuota de mercado superior al 90%
Fundada por Jensen Huang, Chris Malachowsky y Curtis Priem, Huang es su cara visible, pero… no debemos confundirnos porque Huang no es uno de esos gurús que deja frases para enmarcar cada vez que presenta uno de sus productos.
Jensen dice de sí mismo que aún queda mucho de aquel chaval que era muy buen estudiante y siempre estaba concentrado y motivado. “Pero era muy introvertido. Era increíblemente tímido”, reconoce: “Me horrorizaba la idea de tener que hablar con la gente”.
Al parecer, lo que acabó con el caparazón que le impedía relacionarse con el mundo, no fue el master para directivos que cursó en Stanford, la prestigiosa universidad de Silicon Valley, sino servir mesas en una cafetería y también el tenis de mesa, deporte con el que llegó a competir en el Abierto de EEUU y lograr ser tercero en la categoría de dobles juveniles. “Soy intensamente competitivo y, cuando era adolescente, era capaz de lograr cosas sobrehumanas”. “… Pero me di cuenta de que ahora sólo soy humano. Fue una gran decepción… Así que ahora hago lo que hace la gente normal. Voy al gimnasio”.
Y aunque en el gimnasio también se hacen amistades, Jensen supo desde un principio que, para que le tomaran en serio los tótem empresariales de la Gran Manzana, tenía que hacerles saber que Nvidia forma parte de un sector que factura más que el cine y la música juntas gracias al permanente desarrollo de nuevas tecnologías. Nadie puede dudar, a estas alturas que, efectivamente, Huang tenía razón.