Cellnex cerró los nueve primeros meses del año con pérdidas de 263 millones, un 87% superiores a las del mismo periodo de 2024, derivadas, principalmente, de las amortizaciones y los costes financieros. Nada preocupante, porque el desempeño del negocio fue positivo, con unos ingresos de 2.937 millones de euros, un 1,2% más, que pasa a ser un 5,7% más proforma si excluimos Irlanda y Austria.

El ebitda, esto es, la capacidad de generar beneficios con su actividad principal, excluyendo gastos como impuestos, depreciaciones, amortizaciones, fue de 2.436 millones, un 2,1% más, porcentaje que aumenta hasta el 6,9% si consideramos el ebitda ajustado. El flujo de caja libre apalancado recurrente aumentó un 9,4%, hasta alcanzar los 1.300 millones.

En cuanto a la deuda financiera, alcanzó los 20.980 millones de euros, 564 millones menos que en diciembre de 2024. Casi el 80% de la deuda está a tipo fijo lo que, en tiempos de volatilidad, ofrece cierta tranquilidad.

A todo esto hay que añadir el dividendo, que será de 1.000 millones de euros, 500 de ellos vía recompra de acciones.

El negocio marcha bien, pero no la cotización, que este viernes ha llegado a caer cerca de un 6%. Desde enero, el valor en bolsa de la compañía se ha reducido un 16,5%. Cellnex vale unos 19.500 millones de euros. Hace sólo dos años valía 25.200 millones.

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