Cellnex continúa con su hoja de ruta que se puede resumir en cuatro palabras: vender activos no estratégicos. El objetivo es doble: reducir la deuda, que cerró el primer semestre en 17.100 millones de euros y retribuir a los accionistas, entre los que se encuentra, efectivamente, la familia Benetton, pero también fondos agresivos, como TCI, que lo que buscan es más dividendo y menos expansión del negocio.

En este contexto, la noticia de este viernes: la venta a la empresa Vauban Infra Fibre de Towerlink France, la filial gala de centros de datos, por 391 millones de euros. No era un activo estratégico pese a estar ubicado en Francia, uno de los principales mercados del grupo, junto a España, Italia, Reino Unido y Polonia.

En definitiva, una operación que se enmarca dentro del plan estratégico consistente en centrarse en el negocio de torres e infraestructuras de telecomunicaciones, en Europa. Todo, bajo la presión de los fondos que exigen más dividendo y menos expansión, como hemos indicado antes. El problema surge cuando el perímetro no es suficiente para tanto dividendo.

El mercado, por su parte, ha acogido la noticia con un entusiasmo moderado: a media sesión, los títulos de Cellnex suben algo más de un 1% frente a un Ibex en rojo, un -0,6%.