En 2022, último año 'normal', Telefónica obtuvo un beneficio de 2.000 millones de euros. En 2023 presentó pérdidas por 892 millones de euros para en 2024 -con más pérdidas extraordinarias- el beneficio se quedó en un magros 49 millones de euros.

Pues bien, el presidente de Telefónica, Marc Murtra, ya sabe que 2025 también cerrará en pérdidas, tras un primer trimestre del que salió en números rojos: 1.731 millones de euros. El primer semestre también presentará pérdidas.  

Y si los ingresos fueran bien, las pérdidas no asustarían tanto. El problema es que los ingresos están estancados o a la baja. Las unidades especializadas no funicnaan y por zonas geográficas, España está abocada, al menos eso es lo único que se les ocurre a los hombres de Emilio Gayo, a un nuevo ere y subir precios, posibilidad ésta cuando menos peligrosa.

Pero la operadora se ha convertido en una opción política. El amo lejano es Sánchez, el próximo ZP, pendiente de Huawei y de Venezuela y sobre el terreno mandan los zapatistas Javier de Paz y Emilio Gayo

Brasil no va mal pero exige nuevas subvenciones y no deja de ser un rehén de Lula da Silva, ese estadista que pretende convertirse, él solito, en la oposición a Donald Trump, via sumisión a las mayores tiranías del mundo, especialmente a China. Quiero decir que la cotización del real es la cotización. 

Lula, un desastre. Dicen en el Distrito 'C' que el asunto empezará a ser terminal si se ven obligados a vender Brasil, en parte... ¡o en todo!

Todo eso es lo que ha hecho que el vicepresidente Carlos Ocaña, el auditor central de la operadora, representante de la SEPI y hombre de Sánchez, se haya planteado el sustituir al casi recién nombrado Marc Murtra en Telefónica. Razones contables tiene, dado que los ingresos recurrentes no funcionan y hay dos mercados, Alemania y Reino Unido, con problemas digamos estructurales. Sobre todo, Reino Unido, que ha pasado de terreno firme a candidato a la venta, parcial o total.

Ahora bien, ¿cuánto durará Sánchez? ¿Cuándo estallarán los presuntos escándalos chino-venezolano de ZP? Porque de eso depende el plan estratégico de la compañía, que no deja de retrasarse

Recuerden que la operadora se ha convertido en un escenario de lucha política más que en un proyecto empresarial. El amo lejano es Sánchez, el próximo ZP, pendiente de Huawei y de Venezuela y sobre el terreno mandan los zapatistas Javier de Paz y el ceo Emilio Gayo. Marc Murtra se ha convertido en una especie de jefe de Estado. que reina pero no gobierna.

Ahora bien, ¿cuánto durará Sánchez? ¿Toda la legislatura? ¿Cuándo estallarán los presuntos escándalos chino-venezolanos de ZP? Porque de eso depende el plan estratégico de la compañía, que, dicho sea de paso, no deja de retrasar su presentación.