Desde que Volkswagen anunció, tímidamente que analizaba cambios en el Consejo de Administración, la prensa germana se ha puesto las pilas para desentrañar el misterio, medido en forma de terremoto, en la cúpula del fabricante alemán.

No sólo tiene las horas contadas el consejero delegado, Matthias Müller, que será relevado por Herbert Diess, ahora responsable de la marca, sino que afecta a muchos más nombres en ese puzle.

El imperativo en el grupo, en cualquier caso, es claro y apunta a una transformación en profundidad para dejar atrás, por un lado, el dieselgate, el sonoro escándalo por el fraude en las emisiones contaminantes que amenazó la propia existencia de VW, y adaptarse, por otro, a los nuevos imperativos en la industria del automóvil.

Es en ese punto donde los accionistas han visto la debilidad de Müller, que no ha actuado con la suficiente rapidez ante los retos de la propulsión alternativa (electrificación de la gama y vehículos híbridos) o la conducción autónoma.

Herbert Diess maneja los tiempos con más rapidez y tiene, como Müller en 2015, el apoyo de las dos familias accioniostas, Porsche y Piech 

El mandato de Müller acababa en 2020 pero se adelanta dos años y el fabricante coloca en su lugar a Diess, que ofrece otro perfil: no está manchado por el escándalo, ha dado prueba de cómo mejorar en eficiencia con menos ingresos, en la planta de la central en Wolfsburg, y se adapta a la rápida toma de decisiones con el ahorro en costes.

Diess tiene el apoyo de las dos familias que mandan, Porsche y Piech, del mismo modo que Müller en 2015, cuando hacía falta un escudo ante el todopoderoso Martin Winterkorn, forzado a dimitir finalmente tras el escándalo.

Los sindicatos y el Estado de Baja Sajonia también juegan en el campo de la transformación que busca el grupo

Pero no será el único cambio. En las está también Karlheinz Blessing, jefe de Recursos Humanos, al que podría suceder Gunnar Kilian, con buenas relaciones con el comité de empresa (que preside Bernd Osterloh). Los sindicatos, representados en el Consejo, son parte activa en todo este proceso, del mismo modo que el Estado Baja Sajonia.

Volkswagen sorprende de este modo con una práctica poco habitual en las grandes empresas: cambios por sorpresa, con la inevitable inquietud que traslada en el resto de los altos ejecutivos, empleados, socios comerciales o accionistas. No obstante, la bolsa recibió bien los cambios, con una subida del 4,4%, y este miércoles sigue al alza.

El trasfondo, sin embargo, tiene más calado. Arranca con las conversaciones del presidente del Consejo de Supervisión, Hans Dieter Pötsch, para mejorar la estructura de gestión con miembros de propio Consejo de Supervisión y del Consejo de Administración, entre ellos el propio Müller.