Era el espíritu de Naciones Unidas en los años sesenta y setenta del pasado siglo. Les gustaba la gente, incluso más que los animales
¿Se acuerdan del grupo y de la canción Viva la gente? Hala, a hacer memoria:
Era el espíritu de Naciones Unidas en los años sesenta y setenta del pasado siglo. Les gustaba la gente, incluso más que los animales y que el mismísimo planeta. A la ONU de entonces no le causaba miedo la sobre población. Eso llegaría a partir de la bomba demográfica que no era bomba pero sí antidemográfica. El hombre era un activo, no una carga. Y cuantos más, mejor.
No se trataba de reducir el número de humanos porque en aquel tiempo estaban convencidos de que el hombre fertiliza la tierra, no la desertiza. Ejemplo histórico: cuando los romanos controlaban el norte de África, aquello era el granero del imperio: vid y olivo. Cuando llegaron los árabes, el Sahara avanzó hasta el Mediterráneo. El problema no es el planeta, el problema es el hombre y la solución... también es el hombre, único ser racional del universo.
Es decir, no se cosificaba a las personas y se personificaba a las cosas... que es lo que ocurre ahora mismo.
Lo verde nos lleva a la ruina y a la extinción del género humano. Tranquilo, no lo conseguirán
De entrada, el planeta no siente, el hombre sí. A partir de ahí, todo el entramado ecologista se va por el sumidero.
Y ahora regresemos a 2021: la nueva crisis económica vendrá impelida por los ecologistas, que se han cargado la industria, como atentatoria contra el medio ambiente.
Verán, yo cuido al planeta por dos razones: por gratitud a Dios y para dejárselo limpio a la próxima generación. Ahora bien, al planeta, por sí mismo, que le vayan dando por donde amargan los pepinos y se rompen los cestos.
Yo cuido al planeta por dos razones: por gratitud a Dios y para dejárselo limpio a la próxima generación. Sólo por eso
De la crisis de especulación a la crisis de carestía, de 2007 a 2021. Y la de ahora es más peligrosa. Carestía significa carecer de cosas y caro de precio. Por primera vez desde la posguerra mundial nos prestamos a vivir una crisis de carestía. Y son mucho más graves que la crisis de abundancia. A esto nos ha traído la economía verde.
Benedicto XVI dijo lo siguiente: "Hace tiempo que la economía forma parte del conjunto de los ámbitos en los que se manifiestan los efectos perniciosos del pecado. Nuestros días nos ofrecen una prueba evidente". Esa prueba se llama economía sostenible. Lo verde nos lleva a la ruina y a la extinción del género humano. Tranquilos, no lo conseguirán.