Libros recomendados
Este verano he tenido la ocasión de leer El mismo sitio, las mismas cosas de Tim Gautreaux, un autor estadounidense católico que no le acompleja hablar de las cosas más cotidianas de la vida para un cristiano y de hacer uso de personajes normales, de esos que podemos encontrar fácilmente en nuestro entorno. Lo mismo habla de un tractor que no funciona que, con la naturalidad máxima, es capaz de hablar de un rosario en la guantera de un coche. Uno de los relatos, titulado Ranas en una acequia, trata sobre un muchacho que vive con su abuelo y que considera que cualquier cosa es válida para ganar dinero. Así, el joven protagonista que pone en práctica esa filosofía quiere ganar dinero para arreglar el coche de su abuelo, pero lo hace timando a la gente vendiendo palomas corrientes como palomas mensajeras. Es decir, timando a personas confiadas.
El malvado consciente puede considerarse afortunado. El problema es el otro
El abuelo decide echarle de casa. Una lección dura que le haga reflexionar sobre lo que está haciendo y de cómo debe de restituir a las personas engañadas. En ese paseo este chico va a casa del padre de su novia y tienen una conversación. El padre de la novia le indica dónde está el error del porqué hace esas cosas, y le dice: ¡No ves nada de malo en timar a toda esa gente! Mira -le dice el hombre para ponerle sobre la pista-, el otro día estuve hablando con el señor Dancing en la lavandería (el señor Dancing era el anterior jefe del muchacho, que le terminó despidiendo), me dijo que no veías nada de malo en hacerle un par de rayas de más a unos pantalones. Me dijo que los lunes, algunos pantalones tenían más pliegues que la falda del uniforme de un colegio de monjas. Tu problema es que no ves nada de malo. Ves lo que quieres ver y no ves lo malo.
Por supuesto, el chaval se termina justificando en lo que ese hombre le acaba de decir. Lo bueno de este relato es que muestra clarísimamente cuál es el la percepción que hay en la sociedad. Por qué la gente actúa de forma totalmente individualista, porque por encima de Dios, por encima de los demás, están los propios intereses, el propio placer, su propia persona. Ese súper hombre amamantado en la sociedad desde su nacimiento hace precisamente que la sociedad dé este giro completamente hacia la oscuridad de sí mismo.
No existe el derecho a vivir del dinero de los demás
Uno de los rasgos que en esta sociedad la definen es la del superhombre, la de hombre que no necesita de Dios, incluso que no necesita de los demás, porque se ha conseguido de alguna manera crear un superhombre lleno de derechos fatuos y mentirosos que nos alejan de nuestra verdadera realidad nuestra. ¿Y cuál es nuestra verdadera realidad? Que somos frágiles, que cuando llega la enfermedad nos quebramos y, como el hombre es frágil, la sociedad también lo es. Por muchas garantías y bienestar que nos procura la socialdemocracia, nos damos cuenta de que cuando llega a una pandemia -por ejemplo-, nos sacan del carril de la comunidad y nos convierten en meros animalitos perdidos, que no saben dónde cobijarse. Han logrado hacer de la soberbia una virtud y cuanto más soberbio, más falsa virtud, más ciegos de nosotros mismos en la más que evidente fragilidad.
En otro de sus relatos titulado Licencia para robar, el protagonista de la historia es un hombre que ha vivido vagamente a expensas del trabajo de su mujer. Esta, su mujer, se va de casa y no le queda más remedio que ponerse a trabajar antes de que corten la luz para poder seguir viendo la televisión. En una de las entrevistas de trabajo a las que acude, le preguntan por qué llevaba tanto tiempo sin trabajar y responde: Sí, bueno, es que mi mujer tenía un trabajo estupendo con el que nos ha mantenido de lujo y yo nunca he sido ambicioso, no señora, no. He trabajado de vez en cuando y he procurado disfrutar y vivir al día. Mi padre solía decirme: deja que el futuro se preocupe de sí mismo y nunca des dos martillazos al clavo si con uno se sostiene. El más listo de mis hijos no que es como yo. Dejó la escuela en noveno, cuando se dio cuenta de que podía conseguir el graduado escolar dejando de estudiar cuatro años y presentándose después a una tontería de examen.
Así están las cosas, muchos creen que tienen "derecho" a percibir dinero y a las garantías sociales de una estructura pagada con los impuestos de todos, pero nadie les puede obligar a aportar su parte para sostenerlo. Si exiges que trabajen, eres un capitalista. Si exiges que los inmigrantes sean legales, eres un xenófobo. Si exiges que aporten su esfuerzo para sacar el país adelante, entonces eres un egoísta insolidario.
Cómo el mundo occidental perdió realmente a Dios (Rialp) de Mary Eberstadt. ¿Cómo se ha producido este fenómeno? La opinión más convencional defiende que primero se produjo un retroceso religioso -Dios, si existe, ya no parece ser tan necesario-, seguido de un declive de la familia. La familia está sostenida en personas -todavía-, y las personas son seres libres e independientes que rechazan o han perdido la facultad de ver en sus realidades la mano de Dios.
El sueño de un hombre ridículo (Áltera) de Fedor Dostoyevski. En estos cuatro relatos ("La sumisa","Bobok","El ladrón honrado" y el que da título a este libro, "El sueño de un hombre ridículo"), el autor ha retratado como pocos la desesperación, el sufrimiento y la soledad de los hombres en el mundo moderno. El genial escritor ruso sabe dar voz a la humillación y la miseria moral. Sus personajes, más allá de toda distinción de clase, se mueven en el límite de la experiencia humana.
La diferencia prohibida (Encuentro) de Tony Anatrella. Si algunos creen que este libro de 2008 ha perdido actualidad, que se vayan quitando eso de la cabeza, porque si algo ha hecho en todos estos años, ha sido cobrar cada año una actualidad más agresiva si cabe.Y si todavía tiene alguna duda... Relea las preguntas que se hace en la sinopsis del libro y respóndalas ¿De dónde viene el que nuestra sociedad valore tendencias sexuales parciales hasta querer inscribirlas en la ley? ¿Por qué deplora la falta de puntos de referencia que ella misma ha contribuido a hacer desaparecer?