Un gobierno prisionero de la tontuna eco-progre 

El problema de ZP es que nadie cree en él, pero no se marcha. Le ayuda tener enfrente una oposición que no propone nada para no comprometerse. La clave de la política económica española es la energía nuclear. Cuando los bancos centrales se cargaron la economía mundial.
Ha sido la frase de la semana, dicha en sábado 5 de marzo, la que mejor refleja la tan simple como complicada ni sencilla ni compleja- mente del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Frase exhalada en el Comité Federal del PSOE, arengando a sus chicos a ganar las elecciones autonómicas y municipales de mayo, nuestro hombre exhaló: Sabemos cómo ganar al PP y cómo ganar a las encuestas.

¿Sufre el señor presidente de Alzheimer? En la campaña electoral para las Generales del 11 de marzo de 2004, se publicaron 22 encuestas del más diverso origen y condición. En todas ellas, absolutamente en todas, el ganador era el PP, con un abanico que iba desde los dos hasta los 9 puntos de ventaja. Luego vino el 11-M, la miserable campaña de Rubalcaba y los actores (con un Pedro Almodóvar asegurando que el PP se había ido a ver a S.M. el Rey para paralizar las elecciones) y con la soberbia de Aznar, culpando a ETA, macedonia que provocó y el consiguiente y totalmente inesperado  triunfo del PSOE.

ZP no es culpable de esa carambola pero no por ello deja de ser un político mediocre y resentido que llegó al poder gracias 192 cadáveres. Así venció al PP, por una macabra carambola. En 2008 no. En 2008 mintió sobre la crisis que se nos avecinaba y con un férreo control de la televisión, pública y privada, consiguió renovar mandato. Pero ojo, en 2008 no venció a las encuestas. Ante esos comicios, los sondeos le daban vencedor.

Zapatero es la viva imagen de un personaje, no ya sin capacidad, autocrítica e incapaz de ver la parte de verdad que siempre alberga el contrario es decir, incapaz de respetar al adversario-: es que ni tan siquiera tiene memoria. La frase del sábado es el fiel relejo de su estructura mental.

ZP no puede cambiar de política porque, para cambiar se necesita ser sincero y él no lo será nunca: por el inquilino  La Moncloa el adversario, de cualquier signo, nunca actúa con rectitud de intención y porque, además, él nunca se equivoca. Si falla, la culpa es de ese contario, que se ha negado a colaborar.

Y así, si su ministro de Fomento, Pepiño Blanco cuya estructura mental es muy similar a la suya- encierra a miles de automovilistas un viernes por la noche en la Nacional VI, en las afueras de Madrid- seguramente habrá algo, más bien alguien, ajeno que ha provocado el caos. Imposible mejorar porque ni se plantea cambiar. Y sin cambio no es posible la mejoría.

Prisionero de la tontuna eco-progre. En cualquier caso, la semana ha venido marcada por el plan de ahorro energético aprobado el viernes por el Consejo de Ministros. Un plan d la señorita Pepis, propio del país de las maravillas trágicas en las que parece vivir un Ejecutivo que no puede acumular más desprestigio.

El escritor Clive Lewis aconsejaba a su ahijada Sara que actuase en la vida según tres razones: las convenientes, las necesarias y las que te gustan. El problema del Plan de eficiencia energética del Gobierno es ese: no hace lo que le gusta sino lo que le gusta a otro. Todo el Zapaterismo ha estado marcado por la llamada energía verde. Lo que le convenía y conviene a España es la energía nuclear, la energía de los pobres y la más verde de todas. Arriesgada, claro, como la vida misma.

La energía nuclear es conveniente, es necesaria y es la que nos gusta, porque nos gusta vivir bien y que la economía española salga de la miseria. Es conveniente y necesaria porque es la energía más barata y la que menos contamina. Sí, la que menos contamina. Si en algo se ha avanzado la tecnología ambiental es en el tratamiento de residuos de uranio.

La energía es la savia de la economía. No sólo influye en la tarifa de la luz y en los impuestos sino en toda la actividad agrícola industrial y de servicios. Es la producción más intensiva y más intensa, por tanto, es la energía llamada a abastecer el futuro coche eléctrico (a los fabricantes de automóviles no les gusta, claro, porque les costará mucho cambiar su modelo productivo actual que tan buenos resultados les ha proporcionado hasta hoy.

La energía nuclear es, además, la clave para la desalación de agua, que no es posible realizar con molinillos y huertas solares, por el litro de agua resultante de la desalación nos saldría más caro que el vino. Y el agua es vital para el progreso de España. Al final, los grandes cambios industriales, los que pueden crear puestos de trabajo, o se hacen con petróleo y gas o se hacen con reactores nucleares. Y éste contamine menos que aquel. Pero, para el eco-progre ZP, la palabra nuclear es maldita.

La energía del átomo sólo tiene un defecto: no se puede programar según la demanda, y recordemos que la energía no se puede almacenar. Por eso, uno de los mejores expertos españoles en programación energética, jubilado de Endesa, Juan Avilés, aconseja el mix energético idóneo para el futuro: nuclear y carbón. Sí, el maldecido carbón, cuya aporte contaminante también es reducible. Y naturalmente la energía hidroeléctrica, pero no podemos vivir pendientes de las nubes.

La energía atómica da razón para que una economía como la francesa, pesada donde las haya, improductiva donde las haya, pueda competir en el exterior gracias a su baratura. Y encima, cuando se produce algo se investiga en ese algo. Ahora mismo, Francia se encuentra a la cabeza del mundo en la investigación sobre el reactor de fusión de tercera generación, el de cuarta y sobre la fusión nuclear, que es la energía del futuro, la que arrasará con todas las demás.

Frena esto, el Gobierno Zapatero nos ha presentado el viernes su plan de ahorro energético de la señorita Pepis, que anima al cambio de neumáticos, a la reducción de velocidad y, en general, a medias destinadas a fastidiar al ciudadano. Un informe del sector de carburantes, al que ha tenido acceso Hispanidad, revela que, en materia de biodiesel, otra de las estrellas del Plan Zapatero, el plan del Gobierno no va a ahorrar sino que va a dilapidar.

En definitiva un Gobierno carente de todo prestigio, entre la izquierda y la derecha, jugando al país de la maravillas, con medidas tan ineficaces como molestos. Ni tan siquiera hace lo que le gusta sino lo que supone que va a gustar al electorado más desinformado: la vitola de energía verde, que no es más que la energía subvencionada las renovables- que encarecen todo el sistema económico español, estancado en su PIB, y se prestan a la corrupción legal: la de beneficiar con subvenciones públicas a los grandes empresarios afines al Gobierno. Son los millonarios de ZP. Ejemplos: la Familia Entrecanales (Acciona), la familia Benjumea (Abengoa), Florentino Pérez, los March y los Albertos (ACS) o Luis Delso (Isolux). Lo que reciben ellos lo pagamos todos los españoles Pero, eso sí, somos muy verdes.

Y la alternativa no es buena. Mariano Rajoy el indolente, sigue esperando que la Moncloa la caiga como fruto maduro. Zapatero ha resultado un desastre de tal calibre para los ciudadanos que la gente está dispuesta a votar a cualquiera con tal de echarle. Pero eso no justifica que todavía no sepamos cuál es la política económica del PP para las próximas elecciones. Como no sabemos, tras su convención autonómica, cuál es su programa autonómico, ni sus intenciones sobre el aborto o sobre la familia. Para ser exactos, no sabemos nada.

Conclusión: ni Zapatero ni Rajoy parecen preocuparse por el bien común de los españoles, ese valor no negociable para un cristiano.   

Cuando los bancos centrales se cargaron la economía. Decía All Capp que arte abstracto es aquel que producen los que no tienen talento, el que venden los que no tienen principios a aquéllos que están profundamente confundidos y desorientados.   

Sí, es así, aunque no tendría por qué serlo, Pero, en cualquier caso, la definición sirve para los dueños y señores de la economía mundial, es decir, para los gobernadores del Banco Mundial.

El Banco Central Europeo (BCE), por boca de su ínclito gobernador o presidente, Jean-Claude Trichet, nos ha comunicado que, a lo mejor, sube el precio oficial del dinero en la eurozona el próximo mes de abril. De inmediato, el Euribor ha subido y a la hipoteca media puede salirle al español por 500 euros más al año (salario mínimo 670 euros mensuales al mes). Eso sin que la subida se haya producido. Si unimos la previsible subida del precio del dinero a la subida ya ejecutada del precio del petróleo, España seguirá perdiendo empleo.

La medida de Trichet beneficia a los ciudadanos de los países que están saliendo de la crisis, especialmente a Alemania, y perjudica a los postrados, como España. Es lo primero y más urgente para reseñar, pero no lo más importante.

Si tomamos distancia, y nos centramos en los primeros años setenta, con la desaparición del patrón oro, el principal culpable de esta crisis permanente en la que anda sumido el mundo, son los bancos centrales, a los que hicimos independientes, y más que independientes las situamos al borde del Estado de Derecho. Ellos han aprovechado esa independencia para convertiros a todos los occidentales en dependientes de la especulación financiera.

Dueños y señores del dinero en circulación en el mundo la famosa masa monetaria- los bancos centrales se han dedicado (sobre todo con aquel señor tan alabado como pernicioso, llamado Alan Greenspan) a inundar el mundo de dinero, en lugar de inundarlo de bienes y servicios. Así nació la economía financista, una hidra con dos cabezas: la especulación y el apalancamiento. Mientras no volvamos a un patrón de referencia, mientras sigamos fabricando dinero sin ton ni son, la pobreza y la desigualdad seguirán imperando.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com