El dúo Polanco-March ha vuelto a funcionar como lobby ante Zapatero : vuelve la doctrina del campeón nacional, formado por la suma de la segunda y tercera eléctrica española más Scottish. Para ZP, Florentino deja de ser un empresario de derechas. Ojo con la limitación de derechos de voto, que también existen en Iberdrola. El 29 de marzo, Ignacio Galán presidirá su primera Junta de Accionistas. Los Albertos le animan a quedarse como gestor

El mundo al revés. Hasta ahora, el presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán, sea el empresario eléctrico favorito del Gobierno socialista, apoyó la OPA de GN sobre Endesa, no dejaba de recordar la apuesta del programa electoral de ZP por la energía alternativa y convirtió a Iberdrola en la primera potencia mundial en aerogeneradores.

Sin embargo, el dinero hace extraños compañeros de cama y provoca ruidosas deslealtades.

Por el contrario, el presidente de ACS, Florentino Pérez, hizo carrera política en la UCD y pasaba por ser el más íntimo de los íntimos con Ruiz Gallardón y la gente del Partido Popular. Pues bien, ahora es el hombre nominado por Moncloa para controlar el gran campeón nacional.

El milagro ha sido conseguido por una taumatúrgica familia mallorquina, los March, con el apoyo permanente de Jesús Polanco. Y es que, tras perder la batalla de Endesa, que en breve será una empresa alemana, el devenir ha querido que sólo quede un posible campeón nacional, producto de la unión entre Iberdrola y Fenosa, con Scottish Power de añadido.

Empecemos por el principio. Tras la salida de Miguel Sebastián de Moncloa, y su sustitución por David Taguas, el vicepresidente económico Pedro Solbes emergió como el gran vencedor. Su pacto con ZP –a quien considera un océano de ignorancia- está muy claro : me quedo hasta 2008 como rector de la política económica española. Ahora bien, si no se hace lo que yo quiero, dimito ahora mismo y ahí te las arregles. Yo, Pedro Solbes, soy el liberal, el cosmopolita, el aceptado en los foros internacionales.

Total, que cuando Florentino Pérez le plantea su interés en fusionar Iberdrola y Fenosa, Solbes se planta. El presidente Ignacio Galán se aferra a esas palabras y hace valer la oferta de Solbes, quien sólo anima la toma de Scottish. Es por eso por lo que la controlada Comisión Nacional de la Energía prepara un informe anti-Florentino y pro-Galán, a la hora de hacer valer los derechos políticos de ACS en Iberdrola. Era, además, lo lógico.

Pero no siempre vence la lógica. En el momento en que los March ponen en marcha su maquinaria –como Lobby, los March siempre utilizan a Polanco- y consiguen el gran cambio : Moncloa vuelve por sus fueros y se impone a Solbes: ahora sí se apuesta por la fusión que Pérez llegó a descartar entre Iberdrola y Fenosa. Ahora mismo, Pérez apuesta por una fusión que, sólo con el capital que controla en las dos compañías -12,5 y 40%- en el momento presente, superaría el 25% de la resultante o se quedaría muy cerca, si hacemos las cuentas sumando Scottish.

En definitiva, Moncloa vuelve a la teoría del campeón nacional y quiere que ese campeón esté compuesto por la suma de Iberdrola y Fenosa. Y no metemos a Gas Natural porque quien no lo desea es otro Gobierno socialista: el de la Generalitat.

Y eso que el cambio no ha producido –no podía hacerlo- una variación brusca en la opinión de la CNE. La Comisión ha pasado de un "no" rotundo a un sí medroso : ACS sólo podrá ejercer su poder en las Juntas. Es más, el propio informe de la CNE es confuso, por cuanto enumera ejemplos sobre casos en los que ACS podrá votar y que no son competencia de la Junta de accionistas sino del Consejo de Administración. Un lío, sí, y un absurdo, pero el primer paso hacia un cambio normativo. En efecto, por vez primera se rompe la barrera impuesta por el Decreto 6/2000 de Rodrigo Rato, y su famoso 3% de límite en los derechos políticos, cuando se está en dos empresas de un mismo sector estratégico. Por decirlo de otra forma: no cambia casi nada, pero es un primer paso; Galán podrá seguir gestionando sin pegas, pero se ha abierto una puerta que estaba cerrada.

Y ojo, porque, hablando de limitaciones, no se puede olvidar que Iberdrola, al igual que Endesa, también posee la limitación de derechos políticos por un 10%, y que esa es otra arma de Galán frente a Florentino. El próximo día 29 de marzo, Galán presidirá su primera Junta de Accionistas de Iberdrola. La operación Scottish ya estará cerrada y comenzará la operación fusión entre Fenosa e Iberdrola. En ese ambiente, en la City no se habla de otra cosa que de la carta remitida por Galán a Florentino, con el memorial de agravios de la constructora, que entró en Iberdrola por la puerta de atrás.

Los March ya tuvieron sus agarradas con Galán en los tiempos de Airtel, la típica pelea entre propietarios y gestores. Galán consiguió rentabilizar la operadora y los March, al igual que Juan Abelló y los Entrecanales se llevaron una suculenta tajada gracias a la gestión de su consejero delegado. Éste les llamaba ‘los ricos', y digamos que no vibraba de alegría al verles.

Ahora, cuando Galán ha vuelto a realizar otra gran gestión en Iberdrola, se vuelve a topar con los March.

Eso sí, el presidente de Iberdrola no se entiende con Florentino y los March, pero sí con el primer socio (insistimos, primero, dado que los March tienen más participación pero lo hacen a través de Corporación Financiera Alba, de la que sólo poseen el 50%) de ACS, es decir, con los Albertos. Cortina y Alcocer le animan a que se entiende con Florentino Pérez, que siempre quiere mandar pero nunca prescinde de un buen gestor.

No olvidemos que lo que ACS controla ya es Fenosa, presidida por un Pedro López Jiménez al que le gusta presidir eléctricas (ya figuran en su currículo Endesa y Fenosa), y con un consejero delegado, Honorato López Isla, considera el gestor más experimentado de todo el sector eléctrico español. Frente a ellos Galán, más joven en el sector pero con el mérito de liderar la compañía más rentable de todas. Ahora bien, no podrá liderarla contra el primer accionista, como se ha visto en Metrovacesa, que ha acabado partida en dos.

Algo especialmente cierto cuando el BBVA se ha marchado de Iberdrola. Por cierto, que el banco ya había vendido Iberdrola a través de derivados que ahora ha ejecutado. Lo malo es que vendió muy por debajo de 30 euros, cuando ahora cotiza por encima de los 35.