Con sus ataques a la CEOE logró salvar el desastre de la EPA. Mientras, De la Vega intenta llegar a los tres canales de televisión: el público, el socialista privado y el privado cuasi-socialista. Moncloa quiere fusionar A-3 TV y Tele 5; si no, apostará por Mediapro-Tele 5 y Planeta con Prisa

Nos quejamos de vicio. Este país es muy divertido y cuenta con un presidente experto en I D i. La semana terminaba con una EPA que  sitúa en el paro en el 28%, superando ampliamente los 4 millones de parados (total de habitantes del país: 46 millones, para nuestros lectores iberoamericanos). Somos Campeones de Europa en desempleo, con un millón de familias sin ingresos, inseguridad creciente naturalmente negada por el Gobierno- y una apatía como no se conocía desde los años ochenta del pasado siglo.

Pues la solución es muy sencilla. El presidente del Gobierno monta su show televisivo, algo que se le da mucho mejor que crear empleo- y, en una operación de libro, le sacude al presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán quien, al parecer, es el responsable de todos los males de España. Para hacer boca le acusa de pretender terminar con la Seguridad Social, el modelo laboral y hasta con ¡el sistema de pensiones!

Conclusión: la EPA se conocía a las 9 de la mañana del viernes 24 pero, a las 21,00 horas de ese mismo día, cuando la monigotera -el aparato que mejor controla ZP- había situado a la temible EPA en el tercer titular, dos por debajo de los insultos de Zapatero a Díaz Ferrán, los españoles lo teníamos claro: el culpable es Ferrán. ¡Malditos empresarios!  

De esta forma, tras buscar al malo de la historia, ZP ha superado el trago que, de otra forma, amenazaba con destrozar su imagen pública y sus expectativas de voto. Una operación sencillamente maestra.

Pero sólo una más. La gran operación del Zapatismo consiste en una casi completa manipulación de los españoles a través de un casi absoluto control de la televisión, que es donde se ganan las elecciones. Todos los esfuerzos de Moncloa caminan en la misma dirección. ZP es un animal televisivo y televisado. Entre la España que lee y la España que ve, el líder socialista tiene muy claro que es ésta última, la más numerosa, la que deciden las elecciones. Con Internet se cambia la sociedad, pero con la TV se cambian los gobiernos. Al menos, como ocurrió el viernes, se salvan situaciones como la de un paro rampante que a otro primer ministro más honrado y menos aupado por las cámaras le habría llevado a presentar la dimisión.

Pero el proceso de manipulación de un pueblo a través de la caja tonta es de mayor calado. Adelantemos que lo ejecuta, en nombre del presidente, la vicepresidenta primera, Teresa Fernández de la Vega, que ha elevado el cinismo a arte.

Días atrás el número uno de A-3 TV, del grupo Planeta, presuntamente el único canal afín al PP, aseguraba en un calentón de estío, también conocidos como universidades de verano, que deberían quedar dos o tres canales de TV. Es decir, que de la misma forma que pasamos de la dictadura franquista a la democracia parlamentaria, ahora deberíamos pasar del monopolio de la TV pública al oligopolio televisivo de tres o incluso al duopolio de dos. Se olvidaba, al parecer, de que la ley prohíben dos cosas: que una canal posea más del 27% de cuota de audiencia y que haya menos de tres canales privados. En un país manipulado como España, la verdad es que resulta fácil cambiar la ley según convenga.

En cualquier caso, don Silvio es feliz, porque quiere ser uno de los vértices del triángulo televisivo, formado por un canal público, controlado por el Gobierno y dos privados, el uno  de pura propaganda socialista, con la fusión

de Cuatro y La Sexta, y el otro cuasi-socialista, con el matrimonio de Tele 5 hoy A-3 TV. Claro que todas las opciones están abiertas, porque si se lograra fusionar Tele 5 y Madiapro y Cuatro y A-3 TV, por ejemplo, no resultaría necesario modificar la ley. Por cierto, dos semanas atrás una delegación del roji-progre Jaume Roures viajó a Italia para entrevistarse con la gente de Mediaset.

En cualquier caso, se trata de conseguir un oligopolio duopolio privado-. Es decir, que el avance tecnológico de la digitalización, que nació para multiplicar el pluralismo informativo, ha servido para lo contrario: practicar un oligopolio servil a La Moncloa.

ZP, como Hugo Chávez, gobierna España a través de la televisión. En breve, podríamos ver un Aló presidente, introducido, probablemente, por Iñaki Gabilondo.  

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com