Y mientras, Cebrián consigue un fallo judicial que obligará a ratificar la operación Liberty. Miguel Barroso, esposo de la ministra Chacón, quiere que Alierta financie a Mediapro-La Sexta entrando en la compra de derechos... que gestionarán ellos y Roures, claro está. Un mal trago para Telefónica: ¿Se puede estar a un tiempo en Mediaproducciones y en Digital ?

La portada del viernes del diario El País representaba el triunfo de Cebrián. Un triunfo doble sobre su odiado Jaume Roures, el editor del Zapaterismo como él lo fue del Felipismo, el personaje que se ha atrevido a retarle a él, el propio Cebrián. Al tiempo, Cebrián conseguía un subidón en bolsa, una de las condiciones para que Liberty apruebe la operación de entrada en PRISA en la Junta de Accionistas del próximo día 30. Y es que hay que convencer a aquella porción de socios del fondo norteamericano reacios a pagar 1.000 millones de dólares por más del 50% de las acciones de un grupo mediático que vale 470 millones de euros y tiene una deuda de 5.000 millones. Es decir, por un grupo quebrado del que, encima, no van a tener el control. ¿O sí?

En definitiva, el juzgado 36 de Madrid ha embargado a Jaume Roures La Sexta y Gol TV y ha exigido un plazo de 10 días para devolver los derechos del fútbol a Audiovisual Sport. Eso significaría que no sería la tenedora de los derechos, Mediaproducciones SL, quien entraría en quiebra, sino todo el grupo Mediapro, que arrastra una deuda de 2.400 millones de euros. Perdón, no es deuda, sino compromisos de pago.

Ya hemos dicho que lo de Liberty es una operación del Nuevo Orden Mundial (NOM) en estado puro. Pero, de puertas adentro, Cebrián lo que consigue es eliminar de forma definitiva a los Polanco y seguir mandando él con sus amigos de Liberty.

Los peor pensados consideran que tras la Junta Liberty, encargada de aprobar la operación de salvamento de PRISA, a lo mejor hay otra decisión judicial que dé marcha atrás y libre al amigo progresista, aunque zapaterista: a Mediapro. ¿Quizás es  que PRISA manipula a los tribunales? ¡Por favor, no, en modo alguno! Se trata, simplemente, de una correcta utilización del tiempo en la vida pública. Y en eso, Cebrián es un maestro. (De hecho, horas después de cerrar esta edición la orden judicial quedaba paralizada por la entrada en vigor del concurso de acreedores de Mediaproducciones SL). 

Y también es un maestro en la gestión de deuda (es decir, en no pagar ni al panadero, aunque siempre en nombre de la modernidad y contra la caverna). Así, a pesar de estar con el agua al cuello, a pesar de que si no fuera el grupo progubernamental más poderoso de España ya habría presentado concurso de acreedores. Janli Cebrián pretende comprar Le Monde, que le hace mucha ilu. Y lo hará, dado que no hay que pagar ni un euro, sólo asumir la deuda. E insistimos, en materia de pago de deuda, estamos hablando de la primera autoridad mundial, que experimenta ahora un salto cualitativo: él, a título personal, no paga a los bancos españoles, pero ahora, desde Le Monde, con el apoyo del NOM, podrá no pagar tampoco a los franceses. Porque el NOM, como su mismo nombre indica, es de alcance global.

Ahora bien, en el entretanto, la víctima no se está quieta, ni mucho menos. Recordemos siempre que La Sexta-Mediapro es el grupo de Zapatero como en su día PRISA lo fue del Felipismo. Cebrián nunca arremeterá contra el Gobierno porque sabe que se la juega, pero le gustaría pasar a la historia como el hombre que sustituyó a ZP por otro socialista. Sus políticos son Javier Solana, Alfredo Pérez Rubalcaba y la vicepresidenta primera, Teresa Fernández de la Vega, pero no ZP.

Pero, insisto, el enemigo no se ha quedado quieto. Desde Moncloa se presiona a Telefónica, cómo no, para que entre en Mediaproducciones o, por cualquier otra vía, se convierta en gestor de derechos de retransmisión. En otras palabras, que ponga dinero para pagar unos derechos con los que Mediapro -a pesar de no tener deudas, sino compromisos de pago- no puede garantizar. Naturalmente, Telefónica pagaría pero la gestión correría a cargo de Jaume Roures y Tatxo Benet.

¿Quién está presionado en nombre de Moncloa? Pues el de siempre, Miguel Barroso, ex secretario de Estado de Comunicación, esposo de la señora ministra de Defensa, Carme Chacón, y al que Moncloa buscó acomodo como mandamás en España de la multinacional de la publicidad WWP, la primera multinacional de publicidad del mundo que dirige un destacado miembro del Club Bildelberg, sir Martin Sorrell. Dicho de otra forma: Barroso es el peón ideal de ZP para presionar a una empresa (además de Javier de Paz, claro está, que figura en el Consejo de la operadora), cuando se trata de salvar a un grupo mediático que tanto ha hecho para ensalzar la política del señor presidente.

Lo curioso es que Barroso no tiene, en teoría, nada que ver con el entramado Mediapro, que dirige su amigo José Miguel Contreras (los periodistas hablaban de los migueles durante la anterior legislatura) y Jaume Roures y Benet desde Cataluña. En la práctica, Barroso sigue asesorando a ZP, y trabajando para La Sexta y Mediapro. Es una pieza clave del Zapatismo al que paga la empresa privada. Y el inteligente Barroso, el hombre que desde Moncloa quería acabar con la prensa independiente de Internet, considera que Telefónica debe ser quien salve a Mediapro de la quiebra. Como dijo en su día Roures, Telefónica tiene recursos ilimitados. Frase que hizo furor en el Distrito C.

Ahora bien, ¿se puede tener el 22% de Digital , grupo PRISA, y al mismo tiempo hacerse socio pagano de Mediapro, siendo que ambos andan en los tribunales? Bueno, poder sí que se puede. Tenga en cuenta que el progresismo es pluralista.

Además, no siempre se puede estar extorsionando a la banca a costa de no pagar deudas. De vez en cuando se necesita que la industria, por ejemplo Telefónica, también colabore en el gran proyecto social zapateril que trata de modernizar a España... como todo el mundo sabe.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com