El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha dado un baño de multitudes con los campeones del mundo.

Lógico. Sólo un pequeño detalle: ZP se hizo acompañar por el hijo, disminuido psíquico del seleccionador nacional, Vicente del Bosque. Lo cual es muy bueno pero resulta que Zapatero hubiera permitido que ese niño hubiese sido aniquilado antes de nacer por su condición de minusválido.

Es más, la sanidad pública, el PSOE -y antes el PP- ha engrasado el sistema para que todo concluya en la misma decisión: eliminar al disminuido, al débil, antes de nacer.

Me dio la impresión, sólo una impresión, de que Zapatero no se encontraba cómodo con el hijo del seleccionador al lado y que trataba de evitarlo a toda costa. Pero sólo es una impresión, que conste.

Otrosí. En su discurso en Moncloa, largo discurso pardiez, Zapatero evitó la palabra España. De hecho, quedó un poco mal, al aludir a la roja y a la bandera que defendéis, mientras el capitán de la selección, no tuvo empacho en gritar ¡Viva España!, y no gritó ¡Viva Sara Carbonero! por un pelo.

O sea, que ha vuelto a repetirse el triste episodio de los discursos del vicepresidente norteamericano Joe Biden ante un batallón de soldados españoles. Biden hablaba del orgullo de los marines al luchar en Afganistán junto a los valientes soldados españoles  contra los enemigos de la libertad, mientras ZP les arengaba con cuestiones tales como el trabajo en equipo, clave en la guerra de Afganistán.

O sea, que esto es lo que tenemos y no hay que darle más vueltas. 

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com