Sr. Director:
He leído que se ha construido un hotel nudista en Turquía, que contaba con todas las licencias de construcción e inicio de actividad.

 

A la semana de su inauguración, y con 12 clientes, ha sido clausurado por causa de un pequeño desajuste con el proyecto inicial. Llama la atención -al margen de su posterior cierre, por un motivo que más parece una excusa, una especie de marcha atrás- que en un país musulmán que intenta mostrar que se debate entre el integrismo y la apertura,  se autorice esta clase de experiencias.

Me pregunto si el nudismo -que en  una convivencia habitual con la piel como indumentaria haría subir la temperatura, y resulta un tanto anormal, malintencionada más bien- afectaría también al servicio, desde el director a los botones, pasando por el personal de cocina. A mí me da la impresión que esta aventura podría enmarcarse en la estrategia turca para ser admitida en la Unión Europea, mostrándose al mundo occidental -hoy con una serie de libertades que al parecer son perseguidas en los países de mayoría mahometana- como una nación abierta a las corrientes libertarias que se extienden por aquella.

Tampoco sería de extrañar que ande por ahí la mano de ZP con su alianza de civilizaciones, para facilitar el turismo a los españoles, a los que está dejando en cueros. Por la fuerza de las armas, los turcos no consiguieron su objetivo de invadir Europa en la primera mitad del siglo XVI. Sería muy triste que en el XXI abrieran una brecha por la vereda más deshonesta y destructiva para la vieja Europa.

Amparo Tos Boix