Sr. Director:

Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales del PSOE, cuyo mérito más conocido es la reivindicación del matrimonio entre personas del mismo sexo, y que encabezara la manifestación del orgullo gay con amplia participación de mamarrachos vestidos de curas, obispos y monjas, y donde se portaban lemas tan ingeniosos como el de las utilidades alternativas de los pepinos, anda muy afectado por las letras de una chirigota ceutí. Entiende Zerolo que las letrillas eran irrespetuosas con el colectivo musulmán porque «superan los límites del humor y del buen gusto», y ha exigido «una respuesta contundente». Como es impensable que un chico tan culto ignore el «benéfico» tratamiento que la mayoría de países musulmanes conceden a las prácticas homosexuales, su exquisita sensibilidad hacia lo musulmán resulta doblemente admirable.

Por otro lado, el cómico provocador Leo Bassi, que se define a sí mismo como bufón, que proclama no aguantar la hipocresía y cuya religión dice ser la Ilustración, realiza en Madrid una obra teatral «en defensa del ateísmo», donde sale parodiando al Papa portando un cáliz lleno de preservativos, amén de otras lindezas de igual talante. Pero cuando se le pregunta sobre la reacción musulmana a las caricaturas de Mahoma, contesta: «Yo no las habría publicado... La religión hay que criticarla desde dentro».

Si algo me gusta de estos dos personajes, es su ejemplo de coherencia y valentía.

Miguel Ángel Loma Pérez

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