Sr. Director:

El proceso de regularización de inmigrantes ilegales en España emprendido por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha provocado un efecto llamada que no sólo no ha evitado la llegada de inmigrantes ilegales en nuestro país, sino que ha incrementado los flujos migratorios ilegales.

Las consecuencias son dramáticas para los afectados: unos mueren en el intento, y los que llegan a España ven muy mermados sus aspiraciones y sus derechos fundamentales al encontrarse con un Estado incapaz de gestionar la llamada provocada por las medidas del Gobierno.

Los socios europeos también han advertido de forma reiterada de las consecuencias negativas de la política inmigratoria de Rodríguez Zapatero, que ha hecho oídos sordos a los avisos de potencias buenas conocedoras de la inmigración, desprecia los compromisos asumidos por España en la UE y las muy posibles consecuencias negativas que tendría un mayor control de las fronteras con España por parte de los países socios del Acuerdo de Schengen.

Un gobierno serio no puede dañar a la sociedad con la demagogia populista, con la laxitud en el cumplimiento de sus obligaciones, con la indefensión de los inmigrantes irregulares y de la sociedad civil. Manipular a los desesperados es atentar contra su dignidad y deshumanizar al inmigrante. Integrar es mucho más que dar papeles. No más papeles a cambio de vidas y de papeletas. Hablamos de derechos humanos.

Evitemos poner puertas al campo, pero tratemos con seriedad de cooperar al desarrollo de los países emisores de inmigrantes. Es preciso suprimir el efecto llamada, negativo para todos. Hagamos políticas que dignifiquen al inmigrante y a la sociedad que le acoge.

Viky Paniagua Pascual

vikypaniagua@yahoo.com