Sr. Director:
Ante la crisis económica y la pérdida de votos ocasionada al PSOE por el Gobierno, ZP y su ministra Pajín lanzan un proyecto histriónico: la Ley para la Igualdad de Trato y la no discriminación, que, en nombre de la tolerancia, se carga la libertad de expresión, propia de la democracia.

 

Si se aprobara, podríamos estar ante una nueva Inquisición, capaz de eliminar de facto los principios jurídicos del Estado de Derecho. Se cambiaría la presunción de inocencia por el de culpabilidad (el acusado tendría que demostrar su inocencia). Cualquiera, ocultando un interés malévolo, podría acusar. Esta Inquisición no se serviría de la Iglesia (las de antaño las promovía el poder civil usando el nombre de Dios en vano para sus intereses particulares o fines políticos) y se alzaría contra Ella y contra cualquier ciudadano que se atreviera a proclamar una evidencia molesta para el feminismo radical, como, por ejemplo, que se es hombre o mujer por naturaleza, no por opción personal; que el matrimonio homosexual no es matrimonio verdadero; que el acto homosexual va contra natura y es pecado; que el aborto no es auténtico derecho sino un crimen horrendo, etc. 

A todos se les mediría por un rasero a la baja, y no se podría seleccionar, para las profesiones y oficios, por las diferencias  naturales que nos constituyen individualmente: altura, peso, belleza, fuerza, inteligenciay que nos hacen aptos o ineptos para determinados oficios. 

Como señala el Editorial de un importante digital, es peligrosa y, en razón de una determinada discriminación, se estará perjudicando a la sociedad.

María F. Vicente