El sector acepta, resignado, las fusiones previas a la conversión en bancos. Luego, vendrá la salida de la industria

 

Lo ha dicho ZP: antes de que se terminen las ayudas FROB (vaya ayuda, al 7,75% de interés), el próximo 30 de junio, la reforma de las cajas de ahorros estará concluida. El sector parece resignado a una reforma que no es tal reforma, sino a la pura conversión de las cajas de ahorros en bancos, en sociedades anónimas. Para ello se utilizan dos trampas que confluyen en el mismo desastre: por un lado las fusiones inter-regionales, con una superestructura bancaria llámese Cívica o Liberta (que no libertaria). Al final, el sombrero se convertirá en esencia.

Por otro lado, ZP apoyará el fin de las ajas de ahorros con la admisión de cuotas participativas con derecho a voto, es decir, acciones de tomo y lomo.

Lo peor es que este proceso de privatización de las cajas terminan, o así parece, en la venta de todas las participaciones industriales. Son las cajas las que sostienen accionarialmente a las empresas más importantes del país. Que no nos pase nada.

Eulogio López

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