Desesperado intento de Maragall por repetir como candidato a la a la Presidencia de Cataluña por el PSC, a cambio de dejar a ERC en la cuenta. Si Más no llega al Palacio de San Jordi, Durán no llegará al de Santa Cruz

El Estatuto catalán, el referéndum consiguiente y la crisis del Tripartito por la oposición del ERC al texto aprobado ha generado un estado de confusión tal en Cataluña que la actualidad política comienza a parecer un sainete, además de cambiar de hora en hora y hacerse cada vez menos inteligible.

Sin embargo, acudiendo al termómetro de los intereses personales de los principales personajes incursos en la obra, podemos deshacer el ovillo : en este enredo hay tres papeles claves. Por un parte, José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente del Gobierno quiere cambiar a ERC por CiU como socios de Gobierno. De esta manera, terminaría su labor de aislamiento del Partido Popular al tiempo que no perdería el voto moderado, al que los republicanos independentistas de Carod asustan bastante.

En segundo lugar el líder del PSC (no olvidamos que es un partido independiente, al menos jurídicamente, del PSOE), José Montilla, ministro de Industria. Montilla está tan harto de Pasqual Maragall como el propio Zapatero. Considera que no debe repetir como candidato a la Generalitat Considera, también, que no se deben convocar elecciones anticipadas, sino caminar paso a paso : terminar el recorrido parlamentario del Estatut, incluso con la oposición de ERC, salvar el referéndum, que se presenta complicado por la misma razón y porque la pueblo catalán la trifulca política le importa más bien poco el Estatut-. A partir de ahí, ya podría hablar de crisis en el Tripartito catalán y de convocatoria anticipadas de elecciones, no antes.

Por su parte, Pasqual Maragall está en la siguiente tesitura: ofrece a Zapatero y a Montilla la ruptura con ERC siempre que se le permita volver a ser el candidato socialista a la Generalitat. Desde luego, Montilla no está por la labor de concedérselo, pero Zapatero menos aún. Para entendernos: el pacto Zapatero-Mas e Hispanidad fue el primer medio en hablar de él- implica lo siguiente: los nacionalistas catalanes moderados entrarán en el Gobierno de España y apoyarán de forma permanente al PSOE frente al PP, siempre y cuando recuperen la Presidencia de la Generalitat para Artur Mas. Dicho de otra forma: si Mas no llega al Palacio de San Jordi, Durán Lleida no llegará al Palacio de Santa Cruz (la verdad es que la sede central de Exteriores está ahora situada en la plaza del Marqués de Salamanca). Y no diga que decidirán los electores: pase lo que pase en las urnas, está claro que la suma de PSC y CiU representará la mayoría parlamentaria. Son los dos partidos quienes han de decidir quién cede la Presidencia a quién. Aquí es donde discrepan Zapatero y Montilla: para éste último, ceder San Jordi a Mas es ceder demasiado.