El cambio de ciclo económico presagia una legislatura corta

 

El vicepresidente económico, Pedro Solbes, presagia una legislatura corta, quizás no superior a dos años. Y es que el ciclo económico está cambiando. Además, la demagogia que ha impregnado el Zapaterismo, así como sus cesiones ante unas comunidades autónomas empeñadas en gastar, preocupan, y mucho, a los gestores de la economía.

 

Además, el triunfo del PSOE no ha gustado a los mercados financieros. Observen el cuadro que adjuntamos, extraído de las pantallas de Bloomberg: la línea azul es el bono español a diez años, mientras que la línea blanca representa el bono alemán. La línea naranja representa la diferencia de remuneración entre ambos activos. En definitiva, hasta finales de enero, momento en el que el PP tiene asegurada la mayoría absoluta según las encuestas, los inversores estaban dispuestos a recibir menos remuneración del Estado español que del alemán, porque consideraban a la economía española más fiable. Sin embargo, cuando surge la incertidumbre sobre una victoria de PP sin necesidad de alianzas, el bono español se dispara, se mantiene así hasta el 14-M, e incluso a partir del 14-M se marca aún más la diferencia.

 

En definitiva, la confianza de los inversores en el equipo Zapatero no es, precisamente, enorme. Y estamos comparándonos con Alemania, una economía a la deriva incapaz de controlar su déficit público, una de las cuestiones que más revisan sus inversores, y que lleva dos años sin crear empleo neto.

 

Son tendencias, y aún necesitan más tiempo para consolidarse, pero lo cierto es que los inversores temen que el déficit público se dispare en España. Así, el peso de los valores españoles cotizados en las carteras modelos de Morgan Stanley se ha reducido. Bancos internacionales reducen la capacidad crediticia (es decir, el dinero que están dispuestos a invertir en España en calidad de prestamistas). También temen los inversores la fecha del 1 de enero de 2007, donde está previsto un fortísima reducción de los fondos europeos con destino a nuestro país, y todo apunta a que poco antes, incluso en el mismo 2005, estallará la burbuja inmobiliaria. De los precios del petróleo, en el país energéticamente más dependiente de Europa, mejor no hablar.

 

En definitiva, todo indica que la economía española lo va a pasar mal durante los próximos dos años. Zapatero, que aún actúa en estado de gracia, lo sabe, pero todavía guarda una baza en la manga: puede convocar elecciones aprovechando las dos reformas constitucionales que está dispuesto a poner en marcha: la reforma de los estatutos de autonomía y la que exigirá terminar con la discriminación sexual a la hora de acceder al Trono.