Sr. Director:

Zapatero, el consenso y la tortilla de patatas. Érase una vez un presidente de gobierno que fue a dar un paseo con un amigo. Tras una larga caminata, en la que charlaron sobre los grandes problemas del país, decidieron entrar a un bar para tomar un refresco y un pincho de tortilla de patatas. El amigo del presidente tras dar un largo trago al refresco atacó el pincho de tortilla patatas. Cual fue su sorpresa que la tortilla de patatas no sabía bien: las patatas estaban poco hechas. Tras mostrar su repugnancia se lo contó a su amigo el presidente.

- José Luis, mi la tortilla tiene las patatas sin hacer.

- No te preocupes- le contestó el presidente- voy a liderar un gran consenso para que la tortilla de patatas esté bien hecha.

El amigo del presidente puso cara de perplejidad ante esa original de la solución. Pero añadió :

- Sí, José Luis, eso está muy bien, como la unión de civilizaciones que propusiste en la ONU, pero ¿eso qué quiere decir?: ¿Le digo al camarero que no la cobre?, ¿la devuelvo? o ¿simplemente no se la pago?

El presidente intentó calmar a su amigo.

- Te falta talante; tienes que entender que existen una pluralidad de maneras de hacer tortilla de patatas y debemos ser compresivos con las diversas sensibilidades culinarias.

Y dicho esto se dirigió al camarero.

- A mi amigo no le ha gustado vuestra manera de hacer tortillas de patatas; ya le he dicho que hay muchas maneras de hacerla y le he propuesto liderar un gran consenso para que la tortilla de patatas esté bien hecha.

El camarero muy rotundo, tomó la palabra y dij

- Ni consensos ni leches, la tortilla de patatas está bien hecha y punto.

El presidente, ante el tenor de la contestación, puso cara de circunstancias. Pero tras un breve instante dirigió de nuevo a su amig

-Yo creo que el problema de que no te guste la tortilla de patatas no la tiene el bar, sino Aznar.

El amigo del presidente, puso cara de asombro.

-¿Pero qué tiene que ver Aznar con mi la tortilla de patatas?- le contestó rápidamente.

-Pues mucho -dijo el presidente-. Ya sabes que Aznar nos metió en la guerra; con esa guerra el precio del petróleo se ha disparado y eso ha afectado también al precio del gas. Como Aznar nos dejó muy mal las cuentas públicas no podemos reducir los impuestos y, por eso, la cocinera ha decidido tener menos tiempo en el fuego las patatas y eso lo tienes que comprender. Tú sigue votándome a mí y comerás buena tortilla de patatas.

Al amigo del presidente le convenció la contestación y tras pasar el brazo por el hombro del presidente, y después de pagar laicamente la consumición, se fueron dichosos pensando en la suerte que había tenido España por haber cambiado de presidente.

José María López

txlopez@wanadoo.es