Sr. Director:
En el caso de los lamentables y esperpénticos hechos que se viene sucediendo en el la Basílica Pontificia de la Santa Cruz y en el conjunto de ese lugar de culto y reconciliación que es el denominado Valle de los Caídos, cuya responsabilidad recae en el Ministerio de la Presidencia y en Patrimonio Nacional, y con pleno conocimiento del Excmo. Sr. Presidente del Gobierno del Reino de España, se están violando numerosas disposiciones legales.

 

-Código Penal (Arts. 522, 523, 524 y 525)

-Ley Orgánica de Libertad Religiosa (Arts. Primero, Segundo y Tercero)

-Constitución Española (Arts. 14 y 16)

-Declaración Universal de los Derechos Humanos (Art. 18)

-Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Arts. 18 y 20)

-Ley de la memoria histórica (Art. 16)

-Acuerdo entre el Estado Español y la Santa Sede sobre asuntos jurídicos (Art. 1)

-Derecho Canónico (c.1213)

-Otras leyes y reglamentos de la Comunidad Autónoma de Madrid y del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial.

La prudencia, paciencia y mesura de la Iglesia Española, de la Santa Sede y de la Comunidad Benedictina, han sido encomiables y ejemplares a lo largo de los últimos meses ante las mentiras, despropósitos y descaro del Gobierno.

De la misma forma han actuado los fieles y visitantes del Valle de los Caídos. Pero a nuestros actuales gobernantes, a quienes desgraciadamente todavía nos toca sufrir por un tiempo, sólo parece importarles imponer por la fuerza su deleznable ideología y su odio a la Cruz y a todo lo que esa Cruz significa para los cristianos, para España y para el mundo entero.

Que Dios los perdone, el voto de los ciudadanos los ponga donde corresponde y la Justicia los haga pagar por todas sus felonías. El Sr. Zapatero y sus amigos laicistas rabiosos a la hora de perpetrar este tipo de fechorías, está terminando por constituir uno de los episodios más lamentables y nefastos, desde todos los puntos de vista, de nuestra democracia. Pero insisto: oremos para que Dios despliegue su misericordia con este señor Zapatero y con sus colaboradores. Y pidamos con toda la firmeza necesaria: Sr. Zapatero, cumpla y haga cumplir la ley en el Valle de los Caídos.

Antonio Quiroga Fortún