Le tocará compensar la actual recaudación de las CCAA: entre 1.300-1.400 millones de euros

Desde que el presidente de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, se posicionara a favor de eliminar el Impuesto de Patrimonio, se ha desatado el melón. Foro al que asistía Solbes, foro en el que se le preguntaba su opinión. Y como en la pregunta sobre su futuro personal, D. Pedro tenía su respuesta estándar. Solbes argumenta que evidentemente el impuesto ha quedado anticuado debido al incremento del precio de los inmuebles. Además, España es el único país de la UE con ese impuesto junto con Francia. Se inventó como un impuesto con fines de control y se convirtió en un impuesto recaudatorio, muy recaudatorio: cerca de 1.300 millones de euros anuales. El caso era más sangrante si tenemos en cuenta que el impuesto español era algo así como el triple del existente en la intervencionista Francia.

O sea que Solbes era partidario de su eliminación y señalaba abiertamente que se trataba de un impuesto injusto. Pero puesto que se trata de un impuesto cedido a las CCAA, se manifestaba partidario de que sean ellas las que lo eliminen, "para que no lo tenga que pagar yo". Un discurso un tanto salvaje, pero que soltaba un día sí y otro también sin despeinarse.

Pues bien, Zapatero, una vez, vuelve a dejar a su vicepresidente con la brocha en la mano. Una vez que ya se ha comprometido públicamente a seguir tirando del carro, le arrea un día sí y otro también. Y sale este martes y anuncia que va a eliminar el Impuesto de Patrimonio y que compensará a las CCAA por la merma de la recaudación. Bien por la decisión, que resulta razonable y justa. El gran perjudicado del anuncio: Solbes, que vuelve a quedar desautorizado por su presidente.