Una cosa es opinar como experto y otro gobernar para la ciudadanía, acaba de asegurar el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, desde el corazón de África, para responder al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) quien había solicitado, una hora antes una reforma laboral en España.

De lo que se deduce, está claro, que para pedir se necesita un experto pero para gobernar basta un indocumentado basta ZP.

Esto recuerdo, en chusco, lo del canciller alemán Helmut Kohl al que sus enemigos políticos acusaban de no ser especialita en nada. Él respondía: Claro, como que soy un generalista.

Los generalistas no son expertos, son sabios, que es, seguramente, la condición en la que hay que colocar a Zapatero.

En cualquier caso, recuerden lo que decía aquel desempleado en televisión: Yo no quiero cobrar el paro, quiero un trabajo. Lo decía, claro, porque no figuraba ni en el grupo de los sabios ni en el de los expertos. A lo mejor, si le hubieran dejado hablar más, lo que nuestro trabajador habría dicho es que el derecho más importante de los asalariados es cobrar un salario digno, no una limosna pública vergonzante.

Eulogio López

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