La pregunta tiene su enjundia. Hasta ahora, yo siempre había pensado, y así me lo han podido leer ustedes, lo que pensaban muchos provida: la reforma del aborto del Gobierno del Partido Popular era un engendro abortero pero, al menos, podía tener algún que otro detalle, ligerísimo, que la hacían deseable. Ahora no. Me ha ayudado la lectura de tres artículos sobre la cuestión, con la firma de un abogado de prestigio, el jefe de Alternativa Española -no, no es un partido de ultraderecha, se lo aseguro-, Rafael López-Diéguez. Tres análisis jurídicos cuya lectura aconsejo.

Esto no justifica la cobardía de Mariano Rajoy pero hay hueco para la esperanza

Dos razones, teórica la una, la otra práctica:

1.- La ley de Zapatero (2010) consideraba el aborto como un derecho y la ley Gallardón no. Pero ocurre que no es así. Ni la una ni la otra explicitaban el derecho, aunque se hubiera creado una atmósfera social que apuntaba a ello. Quizás, todo hay que decirlo, porque los diputados de la izquierda se llenaban la boca con el curioso concepto del "derecho al aborto", lo cual resulta ligeramente irritante.

Pero lo cierto es que si destipificas el asesinato en determinados supuestos (Ley Gallardón) o en determinados plazos (Ley Aído) lo que estás haciendo es convertir estos casos despenalizados, en un derecho de la mujer, que cuando los practique estará actuando conforme a la norma. Ademá, en una y otra ley se establece que pueden exigir al Estado que les ampare, el cual está obligado a prestar el servicio en el sistema público de salud. Y a eso se llama derecho... que tiene bemoles la copla.

2.- El aborto eugenésico se suprimía con la ley Gallardón. La verdad es que eso se dijo, y al final, Gallardón (en la imagen junto a Rajoy) que no es un provida sino un señor con mucha cara, ya se había echado atrás: los disminuidos físicos o psíquicos al paredón.

Este punto es esencial porque, encima, había algo incluso mejor en la norma Aído que en la norma Gallardón: el PP recuperaba de forma explícita el gran coladero para abortos (entre el 97-98% de los abortos quirúrgicos perpetrados en España), mientras que la ley Aído habla de 'salud', a secas, con lo que, por el principio jurídico de la aplicación restrictiva a la norma penal y la pura definición del concepto, cabe la posibilidad de que un tribunal entienda que la memez del aborto psíquico -"si no aborto sufriré grandes depresiones"'- no se considere causa para matar a tu hijo en tus propias entrañas. Pero el PP, para no dejar lugar a dudas lo ha explicitado, ergo, está proponiendo el aborto en los casos de riesgo para la salud psíquica y física. Y por la psíquica... volvemos al coladero.

Sí, ya sé que ese coladero del aborto psíquico -insisto, 9,7 de cada 10 abortos quirúrgicos- no ha parado desde la ley Felipe González de 1985 hasta hoy, pero Gallardón hasta arrebataba la posibilidad de eludirlo.

Por tanto, reviso mi postura: a lo mejor la suspensión de la reforma Gallardón es buena para la vida. Significa, por de pronto, que muchos ingenuos, que pensaban que dicha reforma era una avance hacia la vida, se lo piensen ahora tres veces. A lo mejor hemos vuelto a la casilla de salida, lo que supondría dos cosas:

1.- Los que quieran defender la vida más inocente e indefensa, la del concebido y no nacido, sabrán que el aborto cero es la única postura que defiende la vida. Todo aborto es un asesinato. Punto. Cualquier otra ley es homicida.

2.- ¿Se habrá descubierto la estafa del PP, que encima se presenta como partido provida

¿Será así No lo sé. Las leyes no hacen la historia. De hecho, sólo sirven para coaccionar la libertad individual. Lo que hace la historia es la conciencia de cada individuo. Tampoco la conciencia social, que no es más que la suma de las conciencias individuales. Y mucho me temo que las conciencias de los españoles están muy adormecidas... por no decir otra cosa.

Pero no deja de suponer una esperanza. Sí, a lo mejor es bueno que la reforma Gallardón vaya a la papelera. Esto no justifica al señor Rajoy, claro está, porque él no ha suspendido su reforma para avanzar hacia la vida sino porque pensaba que le quitaría votos, es decir, poder. Pero...

Y todo esto no justifica la cobardía del abortero Mariano Rajoy pero a lo mejor le ha salido el tiro por la culata. Sería bueno, para la regeneración del país, que el PP perdiera las elecciones por esta cobardía. Pero, además, la batalla por la vida del más inocente y más indefenso puede continuar. No es poco.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com