El arzobispo de Montevideo ha pedido la ex comunión de los políticos pro-abortistas.

En el fondo, Nicolás Cotugno no hace otra cosa que aplicar los valores no negociables de Benedicto XVI. Por eso, porque no son negociables.

Es una corriente que está recorriendo toda la Iglesia, en Estados Unidos, en Canadá, en Ecuador, y que todavía no ha llegado a la decadente Europa, pero que debería llegar. Una corriente anclada en el principio de coherencia. A nadie se le obliga a ser católico, pero al católico sí se le puede y se le debe obligar a ser coherente con el dogma. Las religiones a la carta, como los partidos políticos, las asociaciones, las academias, los medios informativos, los equipos de fútbol y las peñas taurinas.

Y hora es ya de que llegue a España. Ex comunión es mucho más que negar la comunión eucarística, pero ya es algo. Por eso para evitar el escándalo -que no consiste en hacer mohines versallescos sino en dar mal ejemplo- anima a los obispos españoles a ordenar que se niegue la comunión a los políticos del Partido Popular (a los del PSOE ni les cuento), por la sencilla razón de que en su inmensa mayoría apoyan con entusiasmo el crimen del aborto, y lo consideran todo un logro social.

A partir de ahí, podrían cambiar muchas cosas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com