La saga X Men sigue apuntada a la moda de las precuelas. Después de indagar en los orígenes de Lobezno, la atención se centra ahora en Charles Xavier y en Magneto, y en cómo empezaron trabajando codo con codo antes de convertirse en rivales irreconciliables.

Situada en su mayor parte durante la llamada "crisis de los misiles", de 1962, X-Men: Primera Generación es una de las mejores películas de entretenimiento, puro y duro, que nos ha ofrecido la presente temporada. La cinta consigue lo más difícil: ofrecer una historia y un dibujo de los personajes que no defraudarán al devorador de "cómics" más quisquilloso, pero que al mismo tiempo captarán el interés del espectador normal, ése cuya relación con el universo X-MEN se limita a haber visto, con mayor o menor atención, alguna de las entregas anteriores. Y todo gracias a un guión en el que han intervenido los responsables de Thor, un título reciente que, curiosamente, cae en todos los problemas que la presente película sortea de forma tan admirable.

X-Men: Primera Generación cuenta muchas cosas a lo largo de sus dos horas largas de duración. Pero nunca aburre. Ninguna secuencia sobra, y todas ellas están entrelazadas mediante un ágil montaje. La ambientación en los años 60 recuerda a los primeros James Bond, y aporta un toque original. El reparto, en el que abundan actores con algunos éxitos en su haber pero que todavía no han alcanzado el estatus de estrella (James McAvoy o Jennifer Lawrence), está perfectamente conjuntado y ayuda a redondear el espectáculo. Sobre todos ellos, destaca Kevin Bacon, que vuelve a demostrar que lo suyo son los roles de villano.

La temporada de superproducciones veraniegas empieza con buen pie. X-Men: Primera Generación ofrece calidad en el cine de entretenimiento, algo a lo que Hollywood ya no nos tiene acostumbrados. Los curiosos, además, disfrutarán con un divertido guiño a las anteriores películas de la saga, que se produce durante la secuencia en la que Xavier y Magneto reclutan mutantes por todo Estados Unidos.

Para: Los que exigen que el cine de evasión también esté bien hecho