Películas como la extrañísima Women Without Men me hacen desconfiar, cada día más, de las películas premiadas en Festivales. En concreto este drama obtuvo, en el 2009, el León de Plata del Festival de Venecia. Dirigida por la artista visual iraní, Shirin Neshat, a priori la sinopsis de su argumento resultaba atractiva: la historia de cuatro mujeres durante los días del Golpe de Estado de Irán, de 1953, cuyas vidas se cruzan y encuentran refugio del caos político en una casa de campo  

Sin embargo, este relato cinematográfico, basado en la novela homónima de la escritora iraní Shhmust Parsipur, no cumple lo que promete: no retrata el papel de la mujer iraní de aquellos años sino que se centra en un grupo de mujeres infelices sentimentalmente que, a medida que avanza la trama, dejan de tener empatía para el espectador. Y ello puede deberse a que la directora parece más preocupada por aunar imágenes oníricas con reales que por una narración lógica sobre esos personajes que no llegan a calar, sólo a desconcertar, con algunas de sus reacciones.  

Para: Los que aguanten películas-plomo llenas de simbolismo