¡Menuda la ha armado la página web Wikileaks! 250.000 documentos, sobre todo robados a las embajadas estadounidenses en el exterior.

Hombre, no pretenderán que, como periodista, no aplauda esa información ¿Que desestabiliza la diplomacia internacional? Ciertamente, pero es que los periodistas no nos dedicamos a mantener la estabilidad política sino a la verdad. Es cierto que de esa transparencia se debe excluir la intimidad de las personas -que es lo que no se excluye desde que inventamos a Belén Esteban- y la dignidad de las personas -que es lo que no se excluye desde que inventamos a venenos Buenafuente o el Gran Wyoming-. O sea, que no todo lo que es verdad debe contarse, pero los secretos de Estado no forman parte de intimidad alguna. Es decir, que, en principio, no tengo nada que oponer a Wilileaks.

Sin embargo, sí conviene añadir dos cosas. La primera que se trata de un robo. Se puede pedir más trasparencia a los políticos pero si no la ofrecen no se les puede robar. Recuerdo que Luis Valls Taberner creó en el Banco Popular una estructura de trasparencia inigualable por ninguno de sus competidores, bajo el principio de que si mis directivos y consejeros saben que lo que hagan y digan se va a conocer, no harán ni dirán nada malo. Pues eso.

Por otra parte, Wikileaks ha soltado a la WEB documentos de la diplomacia norteamericana, es decir, del líder de Occidente. Bien está la trasparencia pero conviene que dicha trasparencia  se ejecute al grito de o todos o ninguno. Y esto por una sencilla razón: el Occidente libre está en pugna contra el mundo tiranizado. Y ese mundo no va a resultar trasparente en modo alguno. Si abres las cortinas pero el enemigo las mantiene cerradas, está dando armas al enemigo. Y eso resulta peligroso.

Pero con esas dos salvedades, nada que oponer al velo descorrido por Wikileaks. Además, todo son ventajas: hemos confirmado la sospecha de que los norteamericanos no consideran a Zapatero como el hombre más inteligente de planeta.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com