La vuelta a lo "natural", la cercanía, el bienestar..., propician el renacimiento de los jardines de especias en formato pequeño.
Todos los huertos clásicos tenían, coexistiendo con los frutales, las hortalizas y las especies ornamentales, sus plantas aromáticas para condimentar y otros usos como el de ahuyentar los insectos. Por las cantidades limitadas en que se usan, estas especies se prestan particularmente bien a cultivarlas "en casa", aunque sea en un entorno totalmente urbano.
Esta costumbre que prácticamente había desaparecido vuelve a resurgir. Hoy puede volver a verse lugares europeos de jardines mayoritariamente con especies aromáticas aprovechando pequeñas superficies y cumpliendo una vieja aspiración de los agricultores, que no hubiese necesidad de agacharse hasta el suelo para atender a estas plantas.
Estas plantas también cumplen una finalidad estética, dada no solo por el aporte vegetal sino también por los materiales con que están realizados y su disposición.
Domingo Martínez Madrid
