Sr. Director:
Ante la proximidad de elecciones me parece conveniente hacer una reflexión. Considero que entre las prioridades que ha de tener un católico coherente a la hora de votar están el derecho a la vida -que destaca sobre las demás- y, que debe ser eficazmente promovido en todas las etapas de la existencia; la tutela de la libertad religiosa, particularmente la exigencia de respeto a los lugares de culto y a los signos religiosos; la familia, que debe tener un reconocimiento específico y una promoción esmerada por parte de los políticos; y el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones religiosas, morales y pedagógicas.

 

También, y por supuesto, que se debe promover un orden económico justo que facilite un trabajo dignamente remunerado y que prevea mecanismos de atención especial a quienes sufren la crisis económica y laboral. Criterios que permiten un discernimiento realista y que subrayan el protagonismo de la sociedad, que debe ser apoyada y servida, pero nunca violentada o sustituida por los políticos.

Jesús Domingo Martínez