No es de mi  propiedad intelectual: sólo copio y plagio. Ayer decíamos que los bancos vuelven a obtener beneficios, lo cual no tendría nada de malo siempre que nos preguntemos cómo lo han conseguido (no es el caso de la banca española, dicho sea de paso, sin duda una de las más solventes del mundo.

Ya lo he dicho hasta demasiadas veces: el pecado de la banca anglosajona es de especulación y es el que ha provocado la actual crisis; el pecado de la banca española es de apalancamiento.  

Ahora bien, y sigo plagiando, el principal especulador no son los bancos ni los creadores de mercado sino los gobiernos que se mantienen en el poder a costa de mantener una clientela política conseguida acosa de endeudar al cliente. ¿Cómo realizan el engaño? Pues porque el cliente no se da cuenta hasta que lo paga en cómodos impuestos a lo largo de un par de generaciones.

El problema del que hablamos lo he viso denominado de dos formas. Juan Pablo II lo llamó -al menos en la traducción de la que dispongo- financierización de la economía mientras el economista José Antonio Santos, un líder del viejo Banesto de Pablo Garnica que ahora dirigir Patrivalor, uno de los gestores de fondos de inversión más rentables de España, ha escrito -y sigo plagiando- dos artículos soberanos en la revista Consejeros, en los que habla de modelo financista frente a al viejo modelo financiero. Les ruego que los lean: no hablo yo sino alguien que entiende. Yo sólo me dedico a resumirles y seguramente mal.

Que no, que no podemos seguir viviendo en un océano de liquidez, que hay que reducir la liquidez. Históricamente, el patrón oro cubrió esa liquidez, desde su supresión hemos entrado en una crisis cíclica que ahora se ha convertido en crisis permanente. Quizás porque el dinero no es riqueza, es sólo un instrumento de canje de la riqueza, de la misma forma que la objetividad informativa no es buena, no porque la objetividad sea mala, sino porque la información no son hechos sino trasmisión de los mismos, que es cosa bien distinta. Los hechos son objetivos porque son hechos, la transmisión de los hechos no puede ser objetiva sólo ecuánime o sectaria. De la misma forma, el dinero no crea riqueza, sólo sirve para que la riqueza creada cambie de manos.

En el fondo la economía y el periodismo se parecen mucho: ninguno de los dos suele ser comprendido en su esencia.

¿Significa esto que no hemos aprendido nada de la crisis financiera iniciada en 2007 y que, debido a nuestro tonto empecinamiento entramos en una especie de crisis económica permanente, donde  simas y cimas se suceden formando un ciclo pero siempre en el lado bajo de la tabla? Sí, creo que sí.

Cuando nos convenzamos de que hay que controlar el océano de liquidez en el que vivimos desde que renunciamos a la norma del patrón entones veremos la luz al final del túnel. Es lo que ocurre siempre con la libertad: no consiste en hacer lo que a cada uno le viene en gana sino en seguir las normas que rigen nuestra naturaleza, de la misma forma que la originalidad no consiste en hacer cosas nuevas sino en ir al origen de las cosas.

Eulogio López

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