Paul Averhoff es un jubilado, de 70 años, que fue toda una leyenda como corredor de maratón, donde consiguió incluso una medalla olímpica. Pero, cuando su amada esposa Margot empieza a manifestar síntomas de debilidad y senilidad, la hija de ambos decide ingresarlos en una residencia de la tercera edad  concebida como "un aparcadero de ancianos". Será entonces cuando Paul se rebele contra la monotonía gris de esa existencia y se marque como objetivo volver a correr y  repetir antiguas hazañas…

Vivir sin parar fue concebida por su director, Kilian Riedhof,  como una reflexión sobre la etapa final de nuestras vidas y cómo nos enfrentamos a ella, todo ello narrado con humanidad y optimismo. Así, el protagonista de esta historia resulta todo un ejemplo de superación personal que quiere demostrar que se pueden cumplir los sueños. En su afán por ser realista y cercana, esta tragicomedia tiene el acierto de no ocultar algunos problemas físicos y mentales que van de la mano de la ancianidad pero ello no le impide ofrecer una visión esperanzadora sobre todo lo que aportan las personas mayores, si se les ofrece una oportunidad. También resulta precioso en Vivir sin parar, la historia de amor del matrimonio protagonista, una relación basada en el cariño, la confianza y el respeto mutuo.

Protagonizada por el veterano cómico alemán  Dieter Hallervorden, éste se involucró totalmente en este proyecto y se preparó físicamente. El resultado es  una actuación llena de matices interpretando a un corredor que nunca deja de luchar por lo que quiere conseguir.  Este intérprete,  por este papel, fue premiado, a sus 79 años, como el mejor actor en los últimos German Film Award, los máximos galardones del cine alemán.

Para: Recordar que no hay excusa para rendirse nunca