En la misma línea que Planta 4ª, de Antonio Mercero, Vivir para siempre narra, en primera persona, los sueños de un chico lleno de vida y al que, paradójicamente,  le resta muy poco tiempo de existencia para cumplirlos.

Sam tiene 11 años y le encanta recopilar historias de todo tipo. Sam quiere saber cómo se sienten los adolescentes, viajar en un dirigible o conocer el sabor del primer beso, pero Sam tiene leucemia y no está seguro de si tendrá posibilidades de experimentar todas estas cosas. Menos mal que su amigo Félix, también enfermo, y su familia parecen dispuestos a ayudarle.

Vivir para siempre es alegre a pesar de su dramatismo porque, desde su arranque, su protagonista no se queja de su situación sino que acepta que tiene poco tiempo y muchas cuestiones sin resolver. Esas diez preguntas sin respuesta que se hace Sam a lo largo de la película nos las podríamos hacer cualquier adultoPreguntas de contenido teológico del tipo de: ¿Por qué hace Dios que los niños enfermen? ¿Por qué tenemos que morir? o ¿Adónde te vas cuando mueres? Pero, al mismo tiempo, Sam es un niño lleno de vida que, antes de morir, sueña con unos  deseos propios de un muchacho de su edad.

Basado en una novela de Sally  Nicholls titulada Ways to live forever, este drama de Gustavo Ron asombra por la sinceridad con la que se aborda el fin terrenal de una persona y plantea que, en ocasiones, es el propio enfermo el que tira hacia arriba de su familia y de su dolor. Un ejemplo de entereza similar lo veíamos hace unos meses en La decisión de Anne, de Nick Cassavettes, donde se daba un paso todavía más trágico porque abordaba el tema de los niños-medicamento y los límites éticos para salvar una vida humana.

Pero Vivir para siempre  también  plantea un asunto de vigente actualidad: la conveniencia de redactar un testamento vital, mediante el cual el enfermo pueda manifestar su opinión sobre su final en cuestiones como el ensañamiento terapéutico, algo muy distinto de aquellos que piden la eutanasia.

Evidentemente, Vivir para siempre es una película ideal para reflexionar y debatir sobre el sentido de la existencia

Para: Los que les agraden dramas de calidad que abordan temas importantes