El diario La Razón da cuenta (miércoles 7) de la iniciativa Red de Madres, una veintena de asociaciones en defensa de la Vida que se han unido para evitar todo aborto de mujeres embarazadas. La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid va a apoyarlas, lo cual siempre es de agradecer, porque el dinero público para la anticoncepción llega en carretas (por ejemplo, el del alcalde Gallardón para recetar a niñas y adolescentes píldoras del Día Después), pero para la vida llega moneda a moneda.

Esas asociaciones harán lo que siempre han hecho los centros de acogida a la vida: ayuda a la mujer embarazada a llevar adelante su embarazo desde todos los puntos de vista (asistencial, sanitario, laboral, etc.) y cuando haya tenido al hijo ofrecerle darlo en adopción (no lo hace ninguna: una vez que la madre ha dado a luz a su hijo no hay quien se lo arrebate).

Por contra, las llamadas asociaciones de planificación familiar, que se alimentan de dinero público, no tienen problemas financieros de ningún tipo : vivir, al parecer, es más difícil que morir.

Y esto me lleva a un distingo que considero trascendental. Distinción sencilla y por ello la califico de trascendental. Los defensores de la vida desde la concepción hasta la muerta natural, no quieren que no haya abortos, lo que quieren es que haya más vida, más personas. Los que, apoyándose en argumentos, antaño morales, hogaño morales y científicos (en esta cuestión es la ciencia la que se aproximado a la moral, no al revés), consideran que la vida comienza con la concepción y termina con la muerte natural no están pendientes de qué medios anticonceptivos son abortivos (hoy en día, salvo el condón, ninguno) y cuáles no. No quieren formar a la mujer para que no tenga hijos: lo que quieren es ayudarla para que los tenga.

Es la mejor respuesta al Imperio de la Muerte cuando afirma que pretende imponer medios anticonceptivos para evitar embarazos no deseados. No, si es al revés, lo que queremos son embarazos deseados y nuevas personas sobre el planeta azul. O sea, lo de Red de Madres, o como dicen los manifestantes provida en Madrid. Viva la vida, alegre y divertida. O sea, la cosa es en positivo.

Me parece que la aclaración resultaba pertinente.

Eulogio López