En Hispanidad llevamos tiempo denunciando lo que ocurre en los juzgados de violencia de género, que cuenta con todo el apoyo del Sistema: Gobierno, Parlamento, Administración de justicia, medios informativos yo que es más terrible: lo políticamente correcto.

En una curiosa connivencia entre organizaciones feministas, convenientemente financiadas por los impuestos de todos y personal judicial, la impunidad y el terror reinan en lo que podríamos llamar violencia institucional de género de género femenino, donde la víctima es el varón.

Lo que van a leer ustedes a continuación es un escalofriante relato damos de la veracidad de los hechos, los calificativos júzguenlos ustedes- de lo que se narra. Es la vista de un juicio en el que una magistrada denuncia por calumnias a un padre separado, al que ella misma había arrebatado como suele ser habitual- a sus hijos. Tenemos que ocultar el nombre, porque de otra forma ¡pobre del acusado y pobres de nosotros! Sólo diremos que la vista se celebró en Madrid no hace mucho tiempo y que no representa una excepción, sino la tónica habitual de esta tiranía feminista apoyada y financiada por el Estado, es decir, un buen negocio.

Buenas.

Antes de nada quiero dar las gracias a todos los que me han apoyado en estos días y muy especialmente a quienes ayer se acercaron al juzgado para asistir como público al juicio. Me gustaría dar todos los nombres pero temo olvidarme de alguien, por tener ayer la cabeza en otras cosas, y no quiero ser desagradecido.

Siempre he mantenido que los foros deberían utilizarse para transmitir información y poco más. Como quiera que el juicio de ayer es una clara muestra de en qué Estado de Derecho vivimos y los problemas que ello nos puede acarrear, comentaré algo de lo que pasó. Y ello con el fin de que a otros les sirva de algo mi experiencia. Ya habrá quien cuente más detalles por haberlo visto desde la grada y no ir tan cargado de adrenalina como fui yo.

Pido perdón por el rollo que voy a soltar.

La jueza que ha llevado mi separación ha cometido todo tipo de tropelías. No sólo justificar todas las canalladas que la madre viene haciendo a los niños (pérdidas de peso del 30% porque ni les da de comer, enfermedades continuas, más de 50 médicos en dos años, cuatro colegios en cinco años, etc.), dándolas por normales en niños de esa edad, o simplemente haciendo caso omiso ya que la madre es propietaria de los hijos y hace con ellos lo que le place o conviene a sus intereses. Ya sabemos que es la actuación normal en los juzgados de familia. Como tantos otros he soportado todo tipo de irregularidades por parte del juzgado, e incluyo aquí a jueza y subordinados por no decir toda la administración de justicia, como tramitar el expediente sin que el demandado (yo) y el fiscal tengan conocimiento; que no se tramite mi petición de abogado de oficio (tras cuatro años sigo esperando que me lo designen); celebración de juicio sin tener yo abogado no permitiéndoseme hablar siquiera ni que conste en acta mi protesta; etc.

A la jueza la he denunciado en numerosas ocasiones llegando a meter en varias ocasiones la Guardia Civil en su despacho. Mis denuncias contra ella han sido archivadas en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid porque dado que el art. 406 de la Ley Orgánica del Poder Judicial exige que las denuncias a los jueces sean vía querella y la denuncia no viene firmada por abogado y procurador, no procede dar curso a la misma. Omite el TSJM que los he solicitado de oficio por el artículo 12 de la Ley de asistencia jurídica gratuita y tras varios años, a día de hoy, no se han dignado ni a contestarme ni a designarme esos profesionales. Para más escarnio, uno de los magistrados de la sala civil y penal, esto es, quien ha de juzgar a la jueza, me confirma en persona que mi jueza es una corrupta, una sinvergüenza, una prevaricadora... pero no voy a ser yo quien abra la veda. Dado que buena parte de la carrera judicial mantiene estrechos lazos familiares podemos hablar de mafia judicial y no sólo de corporativismo. Vista la pasmosa proliferación de jueces con el mismo apellido (padres, tíos, cuñados) hemos de concluir que estas familias tienen un gen especial que les facilita extraordinariamente el aprobar estas oposiciones. O eso o que les pasan las preguntas antes del examen a sus hijitos.

El esperpento llega a mayores cuando la jueza me denuncia a mí por calumniarla. Las versiones de la jueza y de su marido, que declara casi un año después y ha tenido tiempo sobrado para prepararla, se contradicen. El fiscal se inventa mi declaración y demuestra claramente que ha hecho su informe con la denunciante a su lado dictándole. Además, y como por el delito de calumnias no pueden pedirme cárcel, se inventa el delito de coacciones por el que me pide dos años y medio y ello a pesar de que la propia jueza en sus resoluciones deja claro que nunca la he coaccionado. Se me niegan todas las pruebas que solicito. Todas. Se me imponen unas medidas cautelares disparatadas e ilegales. Me prohíben acercarme a la jueza lo que me impide ir al juzgado a defenderme. Por supuesto el procedimiento se dilata en el tiempo para perjudicarme lo máximo posible llegando a suspenderse la declaración de un testigo por no poder localizarle. El testigo es el marido de la jueza denunciante. El otro testigo declara que vio pasar un coche con carteles ofensivos. Preguntado qué ponían los carteles contesta que no pudo leerlos.

El asunto pasa a penal y nuevamente se me niegan todas las pruebas. Todas. Por estas fechas tengo claro que una vez más tengo la sentencia condenatoria escrita antes del juicio. A mis allegados les vaticino que no me dejarán hablar, que a mi abogado no le dejarán preguntar, que no se admitirán sus protestas, que no me darán la última palabra, etc. Todos me tildan de exagerado argumentando que en los juzgados no pasan esas cosas. La estúpida e ingenua confianza de la gente en la Justicia.

El juzgado sólo había señalado un juicio para este día. Empezaba a las 10. Faltaron los medios de comunicación, incluso los que se habían comprometido a acudir, excepción hecha de uno a quien quiero aprovechar para darle las gracias. El desarrollo del juicio ha sido aún peor de lo que esperaba. Afortunadamente se ha grabado y han venido bastantes personas como público. De hecho no pudieron entrar todos en la sala por falta de espacio. Nuevamente quiero darles las gracias a todos. Algunos se escaparon de sus trabajos e incluso hubo quien dejó de asistir a su propio juicio para venir al mío como público. Gracias de nuevo.

Lo primero que hizo la jueza fue advertir, aunque muchos por no decir todos se sintieron amenazados y coaccionados, que al primer gesto expulsaba a todos de la sala. A mi se me juzgaba por coacciones y calumnias. Así que tuvieron que estar hieráticos durante el juicio.

No se me dejó contestar a las preguntas que se me hacían por parte del fiscal y por mi abogado defensor llegando a hacerme sentar y concluir mi interrogatorio cuando apenas había empezado. En teoría porque debía limitarme a un sí/no en mis respuestas. En la práctica porque no me quería permitir que contase nada. Tampoco se me permitió presentar o hacer uso de documento alguno ni ver los que el fiscal me mostraba a varios metros de distancia.

A la jueza denunciante se le pone una silla para que esté más cómoda (no le trajeron una bandeja de plata con cerveza y unas aceitunas de casualidad); se le permite hablar lo que quiere incluso entablar debate con el abogado defensor sin limitarse al sí/no; la jueza le dirige y defiende; le dice cuando no tiene que contestar; se obliga al abogado a darle tratamiento de ilustrísima cuando está como simple ciudadana que denuncia; la jueza denunciante hace gala de unas lagunas de memoria hilarantes e increíbles; la denunciante no contesta las preguntas que se le formulan yéndose por los cerros de Úbeda que no creo sepa dónde se encuentran pues durante estos años ha demostrado una incultura supina; contesta generalidades que no vienen al caso en vez de referirse a los hechos por los que se le pregunta; etc. Y por supuesto, miente como una bellaca contradiciéndose con su propia declaración en el juzgado de instrucción y en su denuncia por no hablar de los numerosos documentos con su firma que la jueza instructora y la jueza de penal se han negado a admitir como pruebas. Mi abogado consigue sacarle alguna perla a la jueza denunciante como que nunca la he coaccionado o que admitió una prueba (a sabiendas de que era ilegal) y ello a pesar de que la jueza le grita que no conteste esas preguntas. Pero la soberbia y la sensación de impunidad le pueden a la denunciante y sólo le faltó saltar chulesca y decir un: Sí, lo hice, ¿y qué? (como el personaje que interpreta Jack Nicholson cuando acorrala al personaje que interpreta Tom Cruise, aunque aquí el juez actuó como tal y no como los que sufrimos nosotros).

Las declaraciones de los testigos son un esperpento pues se contradicen entre ellos, con la denunciante y con sus declaraciones en el juzgado de instrucción. Se les nota con meridiana claridad que están mintiendo, improvisando e inventando a cada pregunta obligando al público a contener la risa porque la jueza les echaría de la sala.

En un gesto más de desprecio a las personas presentes, chusma o plebe según su criterio, la jueza denunciante abandona la sala junto con su marido/testigo, demostrando que sabía de antemano la sentencia que va a conseguir.

La jueza está distraída durante todo el juicio salvo cuando tiene que ayudar a su compañera denunciante. Vuelve a inadmitir todas las pruebas que pedimos. Inadmite casi todas las preguntas que formula mi abogado incluso antes de haber empezado a pronunciarlas, llegando a amenazarle con sacarle detenido por la Guardia Civil cuando protesta por ello. La jueza echa en cara al abogado defensor, en repetidas ocasiones, el no haber aportado las pruebas cuando ella misma las ha inadmitido y ha sido motivo de protesta en cuestiones previas. Etc.

Durante el informe del fiscal la jueza está totalmente ausente. La verdad es que el fiscal también estaba ausente pues es uno de esos casos en que uno se pregunta no sólo como puede ser fiscal sino cómo llegó a pasar de párvulos. No hablemos ya de la primaria, el bachillerato o la Universidad. También es una muestra de la necesidad de la existencia de asociaciones como ANDE y AFANIAS.

Antes de empezar su informe el abogado defensor, la jueza le dice: Son las doce. Tienen usted hasta las doce y media.. Los hechos que se estaban dilucidando se han desarrollado a lo largo de casi siete años (falta un mes para que se cumplan) y la jueza le obliga a resumirlo en media hora cuando él tenía previsto que no tardaría menos de una hora y media. Evidentemente la jueza también lo sabía y se propuso impedirlo. La jueza interrumpe al abogado en varias ocasiones y, de facto, no le deja proseguir con su informe.

Sorprendentemente se me permite hacer uso de la última palabra como acusado. Estaba seguro que no se me iba a dejar. No lo sé con exactitud pero creo que no había pasado un minuto cuando la jueza me hizo callar y sentarme. Sin motivo alguno ni motivar su decisión.

Termina el juicio y la juez nos expulsa a todos de la sala y del edificio. Sin más pues nadie ha abierto la boca. Mientras me pongo el abrigo y recojo mis bártulos (¿15 segundos?), la jueza me dice tres veces que me vaya del juzgado y del edificio o llama a la guardia civil. Finalmente llama a la guardia civil para echarnos a todos del edificio. Ha pasado menos de un minuto y la gente no ha tenido tiempo para pasar ordenadamente por el marco de la puerta. Salvo, quizá la jueza denunciante, y la actitud prepotente de la jueza, nadie dijo un insulto ni un calificativo ni expresión malsonante o similar que justificasen la decisión de la jueza. Nadie hizo nada para que la jueza pudiera tomar estas medidas. Primero porque todos son gente de bien, segundo porque eran conscientes de que me podían perjudicar y tercero, porque la propia jueza les amenazó al empezar el juicio.

Son las doce y media cuando estamos todos fuera del edificio. La mayor parte del juicio se ha empleado en las protestas del abogado defensor. A la salida, los asistentes estaban casi tan indignados como yo. Entre ellos había varios abogados. Todos coincidían en que nunca habían visto algo semejante y que de no haberlo visto, nunca lo hubiesen creído. El mejor resumen de lo que sucedió lo dio alguien que no recuerdo : Ha sido un juicio sumarísimo.

Estoy seguro, y más de uno coincidió en mi apreciación, que de no haber habido público, de no haber testigos, tanto mi abogado como yo hubiésemos salido esposados a los cinco minutos de empezar el juicio, por lo que nuevamente quiero agradecerles su presencia.

Además, tras el juicio y abandono de la sala, sucedieron otros hechos que relataré en su momento por la gravedad de los mismos y de los que tuve conocimiento con posterioridad.

Una vez más he de dar la razón a quienes son más inteligentes que yo y tienen más experiencia, que son muchos, y la solución a estos asuntos no está en los juzgados. Esta ....... que se hacen llamar jueces se saben los señores feudales de sus señoríos particulares y hacen lo que les da la gana con sus siervos de gleba sin que siquiera el rey se atreva a recriminarles menos aún castigarles. La frase que se oye al juez de turno, como el de ayer, En este juzgado se hace lo que yo digo o la del subalterno Es como ha dicho el juez que se tiene que hacer o Son las normas del juez, son la norma en vez de la excepción, erigiéndose estos jueces en legisladores, en juez y parte. Mientras se mantenga el asunto entre las cuatro paredes del castillo judicial, no hay nada que hacer. Acabaremos siempre en las mazmorras del castillo sin que nadie nos eche en falta porque no estamos segando en los campos del señor ni nadie se atreva a decir, menos aún denunciar, que no sólo estás en la mazmorra sino que te están torturando.

Menos mal que el nuevo Secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, va a arreglar esta situación con la inestimable e impagable ayuda de su nueva Subsecretaria general, Asha Rose Migiro. Bueno, pagar sí la van a pagar y seguro que con generosidad por no hablar de la ingente cantidad de dinero que va a destinar a sus amiguitas. Ya que cuando Migiro ocupe el cargo, dijo Ban, delegará en ella gran parte de la gerencia y administración de la Secretaría General de la ONU, así como los temas socioeconómicos y de desarrollo.

Migiro "es una líder muy respetada que ha defendido la causa de los países en vías de desarrollo a lo largo de los años", dijo Ban en una declaración.

Migiro, designada ministra en Tanzania hace un año, fue con anterioridad durante cinco años ministra de Desarrollo Comunitario, Género e Infancia en su país.

Manda güevos, como dijo Trillo. Desarrollo Comunitario, Género e Infancia. Las degeneradas que reniegan del sexo y de la atadura que supone la maternidad, son propietarias de la infancia para maltratarla y utilizarla a su antojo y además encargadas del desarrollo de la comunidad. Educación para la ciudadanía, perspectiva de género, ...

Como dice el ateo Santiago Carrillo, que San Pedro nos pille confesados.

Perdón por el rollo. Espero que le sirva a alguien.