Sr. Director:



En Europa, y en particular en la OSCE, se han logrado importantes avances en la lucha contra la persecución religiosa. La ONU, sin embargo, mira hacia otro lado.

 

La violencia contra los cristianos, dijo el alemán Heiner Bilefeldt, no debe monopolizar la agenda. Pero resulta que tres cuartas partes de las víctimas del odio religioso son cristianos.



Esa es la realidad, pero unas Naciones Unidas cegadas ideológicamente son incapaces de verla.Y es que un nuevo ataque contra una iglesia en la India volvió a dejar al descubierto el drama que padece esta comunidad. El escenario fue el estado sureño de Kerala, donde los cristianos suponen una importante minoría, de en torno el 20% de la población, y viven plenamente integrados.



La responsabilidad de estos ataques ya no es sólo de las minorías extremistas. El Gobierno indio debería tener algo que decir. Y si Nueva Delhi no es capaz de dar una respuesta, la comunidad internacional debería exigirla, supongo que para eso está la ONU, la Alianza de Civilizaciones, el Día Internacional de los Derechos Humanos, etc.



José Morales Martín