RTVE, que para eso es del PP, nos ha venido que los opositores al homomonio francés son ultras provocadores de 'disturbios', razón por la cual la policía de François Hollande se ha visto obligado a repartir estera.

Y entonces llega el protagonista -cónyuge A- del primer gaymonio a la francesa: Vincent Autin (en la imagen), quien asegura que lo que ha ocurrido es que "la solidaridad ha vencido al odio".

¿Qué tiene de solidario el homomonio ¿Qué tiene de odio oponerse a la elevación de la sodomía al matrimonio

Quiero decir, ¿por qué es antinatural la sodomía Pues, en primer lugar, porque se fuerza la fisiología natural. El recto no está hecho para introducir el pene. Precisamente por eso provoca tantas disfunciones, un poco cochinas, así como patologías varias. Y también porque, aplicando el imperativo ético de mister Kant, resulta que si todos fuéramos homosexuales la raza humana desparecería de la faz de la tierra.

El sexo existe para que la especie pueda perpetuarse, lo que no parece un mal programa. Y el matrimonio existe para que los niños, producto de la procreación -lo que llamamos amor erótico, entre hombre y mujer, sean acogidos por sus padres, criados, alimentados, educados y... 'realizados'.

Sin embargo, como la progresía mantiene aquello de "lejos de mí el funesto hábito de pensar", considera que si te opones al gaymonio te opones al amor. Es más, te dedicas a odiar. Traducido en los medios españoles, también en la televisión pública: eres un ultra. Probablemente, un ultracatólico.

El lobby gay se comporta como la vieja aristocracia, aquellos que gobernaban sonriendo, con el arma definitiva de un secreto inmemorial. Lo malo es que habían perdido el secreto. En breve descubriremos que el emperador camina desnudo y nos abochornaremos de nuestra propia necedad. Y es que no hay secreto ni derecho en la sodomía: sólo amargura.

El gay no debe ser perseguido sino animado a salir de su infierno. Pero la homosexualidad no es un derecho ni el gaymonio es un avance. Los derechos humanos los otorga la naturaleza humana, y las ventajas -por decir algo- que la sociedad otorga al matrimonio no es gratis: es a cambio del mantenimiento de la raza humana y de la educación de la nueva generación. Si no hay hombre y mujer no hay amor erótico; si no existe -por lo menos la intención- procreación, tampoco hay matrimonio.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com