Los atentados en Rusia o el numerito de Córdoba son ilustrativos pero meras anécdotas

La religión universal que se pretende es una mezcla de ecologismo y  panteísmo, de relativismo y materialismo práctico.
Es lógico que el Nuevo Orden Mundial (NOM) sea tan indulgente con los musulmanes. Como herejía del cristianismo, un poco simple, sí, que se queda en la fé en Dios sin traspasar la frontera del gran misterio, la caridad, el Islam constituye el mejor instrumento para los cristófobos de que la trascendencia no puede dar sentido a la vida y de que, en resumen, toda religión no es sino puro fanatismo irracional sicut erat demostrandum, que es lo que el NOM, o filosofía del relativismo y el materialismo práctico, defiende.

Al contrario de lo que ocurre con los musulmanes, los cristianos no son los que creen en Cristo sino los que aman a Cristo. Para los musulmanes es una blasfemia llamara padre a Alá; para los cristianos, Dios es creador o redentor, pero, sobre todo, es padre, y toda la ascesis cristiana, todos los mandamientos, todos los sacramentos, toda la liturgia, cede ante el padrenuestro. Las mortificaciones propias de la Semana Santa por otra parte, tan modestas- ceden ante la infancia espiritual, ante el abandono cristiano en las manos de Dios. Ceden, en suma, ante un niño que se dirige a Cristo como hacen los pequeños, con confianza, al tiempo que pronuncia el conjuro mágico: Padre.

La Rusia esclava, y cristiana, a pesar de un interregno de 70 años de leninismo, sufre ahora el zarpazo del fideísmo musulmán. La España cristiana, a pesar de los pesares, sufre la invasión pacífica, a veces no tan pacífica, del Islam, que no da nada y lo exige todo, con la aquiescencia del NOM europeo, del que El País forma parte.

Pero insisto: el Islam no es el enemigo, sólo es la punta de lanza del modernismo universal, convertido ahora en eco-panteísmo, la nueva religión universal, es decir, el gran timo. Los atentados de Moscú y el numerito montado por musulmanes en la catedral-mezquita de Córdoba sólo son señuelos. El enemigo actual de la Iglesia, es decir, del Occidente libre, no es el Islam, sino la nueva forma de negación de Dios: la religión universal: ¡Qué peligro!

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com