Uno supone que, en cualquier país, al presidente de la patronal se le hace una ‘paralela', es decir, una informe de peritos de la Agencia Tributaria, por orden del juez, concluyen que ha defraudado a Hacienda 100 millones de euros, en condiciones de delito fiscal grave, alguien le prestaría atención. Aunque sólo sea porque, considerando los intereses de demora y la sanción correspondiente, lo que Gerardo Díaz Ferrán y su socio, Gonzalo Pascual, en Marsans, se elevaría a 290 millones de euros. La historia de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz ejemplifica a ese tipo de empresarios que medra por cercanía al poder y cuya principal labor no consiste en aumentar los ingresos y reducir los costes sino, sencillamente, en mantener las mejores relaciones posibles con el poder. Cercanía para conseguir contratas -por ejemplo de transportes de viajeros- y cercanía para conseguir subvenciones a costa de comprar empresas públicas y reflotarla con dinero público. Marsans, Pullmantur, Aerolíneas Argentinas (ARSA). Reflotarlas... o hundirlas. El caso ARSA es sintomático de estos biotipos empresariales: se lo regala el Estado español, que ya se había gastado más de 2.000 millones de dólares de los contribuyentes en el asunto. Y además de vendérselo por e1 dólar (en tiempos de Aznar) el Gobierno, con su dinero, amigo lector, y el mío, les ofrece 776 millones de dólares para poner el balance a cero y reflotar la compañía. Dinero regalado para poseer una gran empresa y hacerla puntera, pero que no dedican -al menos eso dice el Informe del Tribunal de Cuentas, a quien nadie ha hecho caso- y todo ello acaba en un Juzgado madrileño bajo las acusaciones de desvío de fondos públicos, delito fiscal y estafa procesal. El PP benefició a Pascual y Díaz y ahora el PSOE no mueve un dedo, porque este tipo de empresarios siempre tiene protectores en todos los sitios. En el PSOE, Javier Gómez Navarro, que en su día trabajó para Marsans.    Pero lo más sorprendente de todo, insisto, es que, cuando cinco años después, y gracias a la perseverancia de unos abogados y una juez, llega, por fin, el informe sobre la situación fiscal de Air Comet, cuando la propia Agencia Tributaria advierte que los señores Pascual y Díaz Ferrán, han defraudado 100 millones de euros, los medios de comunicación callen como muertos, a pesar de tener toda la información a su alcance. Porque a los poderosos no les preocupan las sanciones, que pueden pararlo: les preocupa mucho más la vanidad herida que provoca la transparencia. Para eso, por supuesto, hace falta que haya transparencia y que las instituciones funcionen. Una vez más, callan los medios tradicionales, los serios, sobre todo porque forman parte del Sistema, al igual que los políticos y los empresarios. Habla el periodismo independiente de Internet, ese al que desde los grandes multimedia se acusa de chantajista, que tiene bemoles, la copla. Pascual y Díaz, tan aficionados a la caza, ya tienen entre sus trofeos a más de un periodista a los que han destrozado su carrera profesional por atreverse a contar sus andanzas. A Hispanidad también le han demandado. Pero les va a resultar difícil hacernos callar. Eulogio López     eulogio@hispanidad.com