Sr. Director:

Uno de los síntomas de que la Barca de Pedro va por buen camino, es que sus detractores arremetan contra ella sin descanso, criticando cualquier decisión, acto, documento o declaración que realice la Iglesia. Ya lo dijo Don Quijote a Sancho : ¡Ladran, luego cabalgamos!.

No olvidemos que su fundador, el propio Jesucristo, fue crucificado por blasfemo, y quienes hicieron esa acusación supieron manipular al pueblo, con mentiras y medias verdades. Estos han sido los maestros de quienes hoy día, utilizan esas mismas argucias, para seguir engañando a la opinión pública, intentando erigirse en paladines de la verdad, siendo la manipulación su única línea de conducta.

Como se suele decir, hay quienes son más papistas que el Papa, y en estos momentos su sectarismo, laicismo y oposición a todo lo católico, les lleva a arrogarse el derecho a creerse en posesión de la verdad, cuando lo único que hacen en servir de marionetas de sus amos que, dicho sea de paso, sólo se mueven por intereses económicos o ideologías masónicas.

Afortunadamente sólo confunden y desorientan a quienes quieren ser confundidos, pues ya hemos visto estos días, la unidad habida entre las decenas y decenas de millones de personas, que se han echado a la calle o han seguido a través de los medios de comunicación (como demuestran los índices de audiencia) todos los acontecimientos vividos, demostrando afectuosamente su adhesión a Benedicto XVI.

Como dijo aquel: si ante un minuto de silencio, tú dejas la mente en blanco, no me increpes, porque yo lo llene de padrenuestros y avemarías, pero ya sabe que hay personas a las que todo molesta.

José Javier Ávila Martínez

jjavilamar@hotmail.com