Los conductores del metro salen por una media de 38.000 euros brutos anuales, que no está mal. Ningún trabajador fijo de la compañía se sitúa por debajo de los 25.000 euros de salario.

Oiga, y un trabajo estable. Pero no les ha gustado que Esperanza Aguirre les baje el sueldo y han decidido fastidiar a seis millones de ciudadanos en  una megaurbe como Madrid es decir, allí donde más puede fastidiarles, que es en el transporte y la movilidad.

Naturalmente lo han hecho a la fuerza. Y así, los mismos sindicatos mayoritarios que piden diálogo y concertación lo rompen a tortazos cuando les conviene.

Pero para mí que les va a durar poco. Las colas de esta mañana en Madrid han generado tal cabreo ciudadano que CCOO y UGT harían bien en pensárselo dos veces. Y no se trata de que alguien se haya vuelto anti-sindical, lo que se ha vuelto es anti-CCOO y anti-UGT. Al parecer, no les gusta que paren Madrid. Sobre todo, a los que viven y trabajan en Madrid.

Si mañana Aguirre -Gallardón no hará, desde luego- promueve sanciones -despidos no es posible, pero debería serlo-. Contra los sindicalistas más salvajes, los madrileños aplaudirían.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com