Defenderse de una OPA vaciando la caja y repartiéndola entre los accionistas se está convirtiendo en costumbre: ejemplos: Arcelor ante la OPA de Mittal, Endesa ante la de Gas Natural y ahora la del gestor británico de aeropuertos BAA, que ofrece a sus accionistas 1.430 millones de euros para detener la OPA de Ferrovial. Los franceses de la constructora Eiffage han sido más prácticos cuando Sacyr ha comprado nada menos que un tercio del capital; han recurrido a lo que mejor hacen: la alianza entre el poder político y económico : bloqueo normativo de la constructora española (aunque también es cierto que los de Eiffage exhiben un doble lenguaje con francesa impudicia: el que emplean en Francia y el que utilizan cuando negocian con Luis del Rivero).

En cualquier caso, nadie discute si utilizar el dividendo para defenderse de una OPA es legal o no. Seguramente lo es, y los accionistas quedarán muy agradecidos. La opinión contraria también tiene sus argumentos: no se trata de repartir el mayor dividendo posible, sino de invertir más para asegurar el dividendo futuro y la propia viabilidad de la empresa.

En cualquier caso, si 24 horas antes de la OPA consideraban que no había razón para aumentar el dividendo : ¿Por qué 24 horas después sí? Una pregunta retórica, porque todo el mundo conoce la respuesta. En el caso de Endesa, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe optó por imponerse a Endesa cosa de suspender por dos veces la cotización. Pero es que no se trata de imponerse arbitrariamente. El regulador no es el dueño del mercado, sino el que regula, como su mismo nombre indica. Si el dividendo de Endesa, o de cualquier otro, le parece una forma espuria de detener una OPA, lo que tiene que hacer es regular, con la misma modalidad que el Banco de España: vía circulares, unas normas en ocasiones más poderosas que muchas leyes. Ese es el método para que la CNMV no caiga en el descrédito a la que le ha llevado Conthe con su descarada postura a favor de Gas Natural.