El aclamado director de Juno, Jason Reitman,  vuelve a asombrarnos con otra historia humana  muy original, perfectamente enclavada en los tiempos de crisis económica en los que vivimos.

George Clooney (Ryan Bingham en la película) encarna a un frío y resolutivo ejecutivo, especializado en despidos, que viaja 300 días al año por todo Estados Unidos con una ligera maleta en la que no caben ni objetos poco prácticos ni ningún tipo de sentimiento. Su desagradable trabajo de echar a gente de sus empleos no parece afectarle. Pero algo se agita en su interior cuando le asignan como ayudante a una joven e inocente becaria (que ha tenido la rutilante idea de eliminar personal por medio de videoconferencia) y, sobre todo, cuando conoce a un alma gemela de la que acaba enamorándose

Para redactar en guión de Up in the air, Jason Reitman se basó en una novela de Walter Kirn a la que acabó dándole su propio sello y su humor. Porque, a través de su escéptico antihéroe, Ryan Bingham, descubrimos que los avances tecnológicos en las comunicaciones muchas veces más que unirnos a otros seres humanos nos deshumanizan. Esto se palpa en los encuentros que nuestro ejecutivo exterminador tiene con sus víctimas: gentes de todo tipo que afrontan como pueden el trauma que supone perder el trabajo en tiempos de crisis (escenas muy desgarradoras porque transcriben las reacciones reales de gente que perdió su empleo)Pero este drama personal no es nada comparado con la tragedia que aqueja a nuestro ejecutivo y de la que no parece percatarse: la soledad y el vacío de su existencia resultado de estar desconectado de todo tipo de afectos y de compromisos.

Up in the air es casi perfecta: sólo le sobran algunos diálogos soeces, de marcado carácter sexual, que tienen lugar entre el ejecutivo y su ligue. Podían haberse realizado de forma más elegante

Para: Adultos y jóvenes que quieran ver una de las mejores películas del 2009