De la solidaridad a la deuda pública. Una UE al servicio de los ricos. El Consejo Europeo consagra el fracasado sistema de rescates en Grecia. El nombramiento de Draghi tampoco proporciona muchas esperanzas. Croacia accede a un club que no va a ayudarle a levantar su economía. Merkel intenta salvar la primacía alemana a costa de hundir el proyecto europeo   

Deberíamos reimplantar el antiguo jubileo hebreo, sabia norma del antiguo testamento, vaya que sí.

Ya saben: cada 50 años revertían todas las deudas, razón por la cual teníamos un referente, una especie de patrón-oro estilo antiguo testameto, según el cual a medida que se acercaba ese medio siglo, el límite jubilar, el valor de las deudas, y de las hipotecas de esa deuda, se reducían, pues su precio tendía a cero.

Ahora no, ahora todo tiene vencimiento, incluidas la propiedad privada, el empleo, la vivienda familiar y la solidaridad inter-generacional. Lo único que no vencen son las deudas, especialmente el coste de la deuda pública, que, casi por definición, la contraen los impecunes frente a los pudientes. Da gusto ser rico en este mundo: el poder se encarga de eliminar la morosidad de los clientes de los ricos, aunque sea eliminando al cliente.

Consejo Europeo, la reunión política más importante de todas en Europa, celebrado durante el jueves 23 y viernes 24 -que el Bautista les ilumine  pero que no les proteja tanto-. Tema a tratar: ¿Los griegos? No, los griegos importan un comino: lo importante es saber cómo el Gobierno griego podrá pagar su deuda a los inversores. Todos muy optimistas, supongo, para lograr el segundo rescate de Grecia: más miseria para todos los griegos a cambio de más capacidad para endeudarse. Sólo el presidente de la Comisión, Durao Barroso, ha sido capaz de solicitar, con voz queda, que se adelanten los fondos de cohesión a Grecia. Ojo, no que se aumenten, sino que se anticipen... más que nada para que pueda pagar la deuda a los inversores. Ahora bien, el problema de estrujar demasiado al moroso es consumirlo porque, sencillamente, no pueda pagarte nada porque no tenga nada con lo que pagarte. Pero ni eso. Se ha seguido engordando la burbuja especulativa: se le dará dinero a los griegos -a cambio de nuevos ajustes- aporta que puedan pagar una deuda que ya se ven olbigados a ofrecer a tipos por encima del 20%. ¿no es genial?

Insisto: la Unión Europea fue creda para trasferir fondos -no capacidad de endeudamiento- desde los países ricos a los países pobres. Pero esto terminó con Maastricht. A partir de ahí llegó Europa, dejó de ser solidaria y puso el poder financiero de los gobiernos al servicio de los ricos, de los que tienen capacidad de ahorro y de inversión. Ojo, de los ricos financieros, no de los empresarios de la economía real o de la banca real, es decir, la banca doméstica que no es economía financiera, sino economía real.    

La UE está dado razones al 15-M. Y mucho ojo, porque lo que está en juego no es el euro, como afirman todos los pedantes, sino la propia Europa, espléndido ideal de un continente unido, enraizado en sus raíces cristianas. Ni más ni menos. Todo ello gestionado desde Berlín, otra vez capital  euroepa -su antigua capitalidad la hizo tristemente célebre- que no sin motivo es la ciudad, y la región -Prusia- más atea de todo el continente. Desde allí, la canciller Angela Merkel pretende imponer la primacía alemana pero a cambio de cargarse el proyecto europeo de solidaridad surgido tras la II Guerra Mundial.

Lo que se nos puede caer es Europa con el añadido de que Europa, no América, es la cuna de la civilización occidental, vamos, que si se nos cae Europa se nos cae la tal civilización, o sea, se nos cae el mundo.

Y desde luego no va a ayudar mucho el nombramiento de Mario Draghi como gobernador del Banco Central Europeo (BCE). Hasta ahora ocupaba ese mismo cargo en el banco de Italia, hombre llegado de Goldman Sachs, la típica entidad de inversión ferozmente especuladora y parasitaria de la economía real.

Este mismo Consejo Europeo ha dado el visto bueno para la entrada de Croacia en la UE. Como ocurre con los de dentro, los novatos ingresan sin ningún entusiasmo, sabedores de que no recibirán ayuda alguna. Lo cierto es que a nadie ilusiona ya el proyecto europeo. Como asegura David Cameron: "Todos los días doy gracias a Dios por no haber ingresado en el euro". ¿Qué pasaría si el Reino Unido, no sólo no entra en Eurolandia sino que saliera de la Unión? Pues sería el final. Otros le seguirían.

El liberalismo es defensa de la propiedad privada, a ser posible pequeña del capitalismo es defensa de la especulación financiera y de la propiedad fiduciaria, es decir, de la insolidaridad, lo más opuesto al bien común. Pues esa es la Europa que tenemos, la que se enfrenta a la siguiente alternativa: o refundación o fallecimiento prematuro.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com