Este miércoles es la hora de los ministros de Exteriores. Tratarán de alcanzar un acuerdo sobre las perspectivas financieras de la Unión 2007-2013. Probablemente no lograrán avanzare mucho. Gran Bretaña no ha dejado demasiado margen para la negociación: sólo renunciará al cheque británico si se sacrifica la Políticas Agraria Comunitaria. Va a ser que no.

Lo llamativo es que Polonia y Chipre llevan meses amenazando con vetar el acuerdo si no se respetaban sus aspiraciones nacionales. Alemania, también ha presionado para que se recorte el presupuesto de la Unión de forma que tengan capacidad para reorientar su presupuesto a la solidaridad interna.

Pero España no ha dicho esta boca es mía. Hace meses, el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Angel Fernández Ordóñez, calificó la propuesta de inaceptable. Nunca más se ha vuelto a hablar. La vicepresidenta De la Vega ha señalado vagamente a Hispanidad estar segura de que se llegará a una solución razonable, mientras que el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Alberto Navarro, paseaba por los pasillos de Bruselas un documento El problema español- en el que ponía los puntos sobre las íes: no estamos dispuestos a ser los paganos de la Unión.

El problema es que la defensa de la posición española ha quedado en un segundo o tercer nivel. Mientras Navarro negociaba, Zapatero sonreía. Y claro, ahora ya no hay tiempo. El mismo Solbes se coloca la venda antes de la herida y anuncia la resurrección de los fondos de cohesión interterritorial para compensar el recorte en los fondos europeos. Mal presagio.

Y con estos mimbres, será difícil que España consiga algo. Ahora toca decir una palabra más alta que otra, tratar de buscar a otros que se sumen a la amenazas de veto, rezar por que las negociaciones sean un fracaso y pasar haciendo mutis sin que se note mucho. Solbes y Moratinos evitan responsabilizarse del fracaso mientras Zapatero sigue sonriendo : Regresamos al corazón de Europa. Manda huevos, que diría Trillo.